Aguas grises es un volumen de Huysmans que engloba tanto Aguas abajo (1882), relato contemporáneo de un anónimo hombre sin atributos, como Apuntes parisienses (1880), colección de raros bocetos y caprichos fantásticos. A salvo de modas pasajeras, ambos preludiaron la mejor introspección del siglo XX.
Joris-Karl Huysmans (1848-1907) —crítico de arte que sigue de cerca a los impresionistas y que descubre luego a los simbolistas—, se retrata doblemente en este libro de dos caras, con su retrato de la soledad individual y con los bocetos de la gran ciudad, capital del siglo XIX.
Los Apuntes parisienses, que describen un París inquietante y onírico a partir de la precisión de las escenas y de la ironía, son el trasfondo grisáceo de los paseantes solitarios de la gran ciudad, poco después de los escritos melancólicos de Baudelaire que han marcado la literatura del siglo XX.
Prólogo y traducción de Antonio Martínez Sarrión, 2010
El gran poeta Antonio M. Sarrión —traductor de Chamfort, Baudelaire, Hugo, Rimbaud, Leiris o Jaccottet—, señala cómo los célibes en ayunas que recorren otras obras del siglo XX (sean Céline, Sartre, Kafka o Modiano) pueden verse como herederos del protagonista de la primera mitad de Aguas grises.
Aunque en su tiempo no se detectara, ambos libros están lejos ya de su amigo Zola, y su nueva estética, por su ángulo de visión expresionista, por su recreación de atmósferas irreales, a base de precisión del dibujo y saturación de los tonos, así como de ciertos recursos paródicos.
Este par de textos precedió a sus obras más conocidas: Allá abajo y Al revés.