En Pasado y presente se conjugan la historia y la actualidad. El pensamiento y la creación de las últimas décadas se ven, aquí, presentados a través de doce conversaciones con algunos de sus protagonistas más notables. La historia, la filosofía o la literatura, la sociología o la antropología, la crítica y la actividad científica son los campos en los que, en principio, ellos se reconocen.
Son el maestro de filósofos, Hans-Georg Gadamer (1900-2002), así como otros dos pensadores sobresalientes: Gianni Vattimo (1936) y Emilio Lledó (1927). Les siguen el helenista francés Jean-Pierre Vernant (1914-2007); dos historiadores de la ciencia afamados, José Luis Peset (1947) y José Mª López Piñero (1933); el gran medievalista francés Georges Duby (1919-1996), y el estudioso italiano del Renacimiento Alberto Tenenti (1924-2002), así como el antropólogo inglés Julian Pitt-Rivers (1919-2001), experto en España. Cierran este libro el escritor Fernando Savater (1947), la novelista portuguesa Agustina Bessa-Luís (1922), y el poeta Francisco Pino (1910-2002).
Estas figuras —que resumen por sí solas lo mejor de la cultura europea— abordan cuestiones propias de la historia y la ciencia, la filosofía o la literatura, la sociología o la antropología: campos en los cuales se ha forjado su pensamiento. Unos territorios dispares, que se entrecruzan a menudo, con la expresión de vivencias personales, tejiendo un libro apasionado y de gran calidad literaria.
Reimpresión en 2000. Contiene una extensísima bibliografía.
cuatro.ediciones, 1996-2000
Pasado y presente se asienta en la conciencia creadora y en el valor de la expresión de los doce entrevistados, que son, claro está, los verdaderos motores de cada diálogo. Es, pues, un libro de todos ellos: es un trabajo de múltiples voces, construido casi en su totalidad entre 1994 y 1996. Diversas culturas, diferentes lenguas —castellano y catalán; portugués, francés, italiano, inglés y alemán—, distintos oficios e intereses, concurren aquí, y se hacen más claros y atractivos mediante sus comentarios o reflexiones.
Desde sus mundos se abren hacia otros ámbitos culturales y lenguajes. Por lo demás, se recogen en las conversaciones vivencias históricas muy dispares, en razón de ciertas escalas temporales: entre el mayor y el más joven de los interlocutores median casi cincuenta años de experiencia.
Hemos podido constatar siempre el carácter indeterminado de cualquier entrevista: un diálogo es quebradizo, se aleja de cualquier programa imaginable, y está sometido al azar, acaso porque, en palabras de Ortega, «la vida nos es disparada a quemarropa». La sorpresa tras una asociación de ideas, el cortocircuito en un monólogo, los repentinos giros en lo hablado han dado lugar al hallazgo de argumentos esenciales.
Se ha preferido no representar el «desorden» conversacional sino, todo lo contrario, evitarlo de raíz con un nuevo trazado que refuerce su viveza de modo indirecto. No cabe duda de que ninguna conversación sucedió exactamente en la forma ahora expuesta. Por contraste, con nuestra reelaboración se pretende reflejar mejor el tono, las voces, de cada momento.