Arte y Socialismo, Arte popular, Arte y Sociedad

William Morris
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Arte y Socialismo

Amigos mios, quiero que considereis la relacion existente entre ela rte y el comercio, utilizando esta ultima palabra para expresar lo que corrientemente indica, es decir, ese sistema de competencia en el mercado que es, en verdad, la unica forma que la mayoria de la gente, en la actualidad, considera pueda tomar el comercio
Claro que asi como han habido epocas en la historia del mundo en que el arte mantenia su supremacia sobre el comercio, en que el arte era mucho y el comercio, tal como nosotros entendemos la palabra, era muy poco, ahora, por el contrario, todos aceptaremos, imagino, que el comercio se ha convertido en algo de una importancia enorme, y el arte en algo de muy poca importancia
Digo que, en general, se aceptara esa idea, aunque personas diferentes mantengan opiniones diferentes no solo respecto a la bondad o maldad de ello, sino incluso respecto al significado de decir que el comercio se haya convertido en algo de importancia suprema y el arte se haya hundido hasta convrrtirse en asunto sin importancia
Permitidme que os de mi opinion sobre lo que esto significa, lo cual me llevara a pediros que considereis que remedios deberan ser aplicados para curar los males que existen en las relaciones entre arte y comercio
Os voy a hablar con toda franqueza. Me parece que la supremacia del comercio (segun entendemos esa palabra) es un mal, y un mal muy grave: y diria que es un mal sin mezcla alguna de bien, a no ser por esa extraña continuidad de la vida que fluye por todos los acontecimientos historicos y por cuyo medio hasta los mismos males de ciertos periodos tienden a abolirse por si mismos
Porque, en mi opinion, lo que quiere decir es esto: el mundo de la civilizacion moderna en su carrera para ganar una prosperidad material muy desigualmente repartida, ha suprimido enteramente el arte popular; o, en otras palabras, la mayor parte de la poblacion no tiene ninguna participacion en el arte, que, tal como estan las cosas, debe ser conservado en las manos de unos pocos ricos o acomodados que, podemos decir honradamente, lo necesitan menos, y no mas, que los esforzados trabajadores.
Pero no es ese todo el mal ni la parte peor de el, porque la causa de esta hambre de arte es que, si bien la gente trabaja en todo el mundo civilizado con el mismo ardor con que siempre lo hizo, ha perdido -al perder un arte que estaba hecho por y para el pueblo- el solaz natural de su trabajo, un solaz que en otro tiempo tuvieron y que siempre debieron haber tenido, la oportunidad de expresar a sus semejantes su propio pensamiento mediante ese mismo esfuerzo, mediante ese trabajo diario que la naturaleza o la costumbre inveterada -una segunda naturaleza- de hecho les exige, pero sin que signifique una carga repulsiva y sin recompensa
Sin embargo, debido a una extraña ceguera y a un extraño error de la civilizacion de los ultimos tiempos, casi todo el trabajo, ese trabajo del cual alguna parte debiera haber sido compañero servicial de todos los hombres, ha llegado a convertirse en una carga tal que todos los hombres, si pudieran, se liberarian de ella. He dicho que la gente trabaja no menos laboriosamente que lo hizo en el pasado; pero creo que debiera haber dicho que trabajan mas laboriosamente aun
Esas maquinas maravillosas que en manos de hombres justos y previsores habrian sido utilizadas para aminorar el trabajo repulsivo y para conceder placer -o, en otras palabras, incremento de vida- a la raza humana, han sido usadas, por el contario, de tal modo que han llevado a los hombres a una precipitacion frenetica y a la prisa, y con ello han destruido todo placer, es decir, toda vida, por todas partes; en vez de aligerar el esfuerzo de los trabajadores lo han intensificado, y con ello han añadido mas cansancio aun a la carga que los pobres deben soportar
Y no se puede argüir en defensa del sistema de la civilizacion moderna que sus solas ganancias materiales o corporales equilibran la perdida de placer que ella ha traido al mundo; porque, como antes sugeri, esas ganancias han sido divididads tan injustamente que el contraste entre ricos y pobres se ha visto enormemente intensificado, de modo que en todos los paises civilizados, pero sobre todo en Inglaterra, se exhibe el terrible espectaculo de dos pueblos que viven en calles vecinas, en puertas vecinas, pueblos de la misma sangre, de la misma lengua y que viven, al menos teoricamente, bajo las mismas leyes y sin embargo, el uno es civilizado y el otro es incivilizado
Todo esto, digo, es resultado del sistema que ha estrangulado el arte y exaltado el comercio hasta convertirlo en una religion sagrada; y pareceria que esta dispuesto, con esa terrible estupidez que es su caracteristica primordial, a burlarse del noble consejo de aquel satirico romano, cambiandole el sentido, y asi ahora se nos pide que, en nombre de la vida, destruyamos la razon de vivir
Y ahora, frente a esa estupida tirania, presento mi reivindicacion en nombre del trabajo esclavizado por el comercio, reivindicacion que se que ninguna persona con dos hechos de frente podran tachar de irracional; pero que si se llevara a cabo implicaria un cambio tal que derrocaria el comercio, es decir, que estableceria la asociacion en lugar de la competencia, el orden social en vez de la anarquia individualista.
A pesar de todo, he considerado esta reivindicacion a la luz de la historia y de mi propia conciencia y me parece que, considerada de ese modo, es una reivindicacion muy justa y que resistirse a ella quiere decir, ni mas ni menos, negar toda esperanza a la civilizacion
Esta es, pues, mi reivindicacion:
Es justo y necesario que todo hombre trabaje en algo que valga la pena, que sea agradable de hacer por si mismo y que se realice bajo unas condiciones que no hagan ni excesivamente fastidioso ni excesivamente angustioso
Por mas vueltas que le de a esa reivindicacion, por mas que piense en ella, no puedo encontrar que sea una peticion descabellada; sin embargo, repito que si la sociedad la admitiera (o pudiera admitirla) la faz del mundo cambiaria; el descontento, la lucha y la deshonestidad terminarian. ¡Sentir que estamos realizando un trabajo util para los demas y agradable para nosotros, y que ese trabajo y su debida recompensa nunca nos faltaran! ¿que grave perjuicio podria ocurrirnos en tales circunstancias? Y el precio que deberiamos pagar para dar al mundo esa felicidad seria la revolucion: socialismo en vez de laissez faire
¿Como podemos nosotros, las clases medias, ayudar a que se realice ese estado de cosas, esa situacion que seria, en la mayor medida posible, lo contrario del estado de cosas actual?
Lo contrario, ni mas ni menos. Porque, en primer lugar, el trabajo debe valer la pena: ¡Pensad en el cambio que ello implicaria en el mundo! Os digo que me siento aterrado al pensar en la inmensidad del trabajo que se lleva a cabo con el unico objetivo de hacer cosas inutiles
Para cualquiera de nosotros lo bastante fuerte para pasear por dos o tres calles principales de Londres, seria un dia de trabajo instructivo anotar con detalle todo lo que se exhibe en los escaparates que resulta embarazoso o superfluo en la vida diaria de un hombre sensato. Mas aun, la mayoria de esas cosas no hay nadie que las quiera en absoluto, sensato o insensato; tan solo una estupida costumbre hace que hasta aquellos de mente mas ligera supongan que las quieren, e incluso para muchos que las compran se convierten en autenticos estorbos para el trabajo, para el pensamiento y para el placer. Pero os ruego que penseis en la enorme cantidad de hombres que se ocupan de esos miserables cachivaches, desde los ingenieros que han tenido que hacer las maquinas para elaborarlos, hasta los miseros escribientes que pasan el dia sentados, año tras año, en las horribles cuevas en que se lleva a cabo todo el intercambio, y los vendedores que los venden al por menor entre un sinfin de insultos que deberan escuchar sin ofenderse; y el publico ocioso que no los quiere, pero que los compra para aburrirse y hartarse totalmente de ellos
Estoy hablando de las cosas meramente inutiles; pero hay otros objetos que no solo son totalmente inutiles, sino que son activamente destructivos y venenosos y obtienen buen precio en el mercado; por ejemplo, la comida y bebida adulteradas. Es ingente el numero de esclavos que el comercio competitivo emplea para producir ruindades semejantes. Pero tambien a gran distancia de ello existe una enorme masa de trabajo que se desperdicia, simple y llanamente; muchos miles de hombres y de mujeres que no hacen nada, con esfuerzo terrible e inhumano que aniquila sus almas y acorta su misma vida animal
Todos estos son esclavos de lo que se llama el lujo, que en el sentido moderno de la palabra comprende una masa de riqueza falsa, invento del comercio competitivo y que esclaviza no solo a los pobres que estan obligados a trabajar en su produccion, sino tambien a los desventurados y bastante infelices que las comrpan para atormentarse con su estorbo.
Ahora bien, si queremos que exista el arte popular o simplemente el arte del tipo que sea, debemos liberarnos de una vez por todas de esos lujos; son los sustitutos, los falsarios del arte; y tanto es asi que los que no conocen nada mejor han llegado a considerarlo arte, solaz divino del trabajo humano, emocion en la dura practica diaria del dificil arte de vivir
Pero digo que el arte no puede vivir en esta situacion ni en ella puede haber estimacion propia. El afeminamiento y la brutalidad son sus compañeros, a ambos lados. Y somos ante todo nosotros, las clases acomodadas, quienes debemos librarnos de todo ello si deseamos seriamente ese nuevo nacimiento del arte; y si no, entonces la corrupcion esta excavando ya una terrible fosa de perdicion para la sociedad, de la cual podra, ciertamente surgir tal vez ese nuevo nacimiento, pero con toda certeza lo hara entre el terror, la violencia y la miseria.
En realidad, ya seria algo que valdria la pena con tal de que nos desembarazara, a la gente acomodada, de esta montaña de escombros, de las cosas que todos sabemos que no tienen ninguna utilidad; los mismos capitalistas saben bien que no existe una demanda genuina y sana de ellas, y estan obligados a ponerlas a hurtadillas en manos del publico, avivando un deseo febril de excitacion barata, cuya muestra externa se conoce con el nombre convencional de moda, un monstruo extraño nacido en la vacuidad de la vida de los ricos y de la ambicion del comercio competitivo por sacar el mayor partido posible de la gran masa de trabajadores a los que adiestra, como menos instrumentos, para lo que se llamara "hacer dinero".
No creais que es poca cosa resistir a ese monstruo de locura; pensar por vuestra propia cuenta en lo que realmente deseais, no solo os convertira en hombres y mujeres, sino que tambien os puede llevar a pensar en los deseos autenticos de los demas, puesto que pronto encontrareis, cuando llegueis a conocer una obra de arte, que el trabajo de esclavos es indeseable
Y aqui, ademas, se encuentra al menos un pequeño signo por el cual podemos distinguir entre un pingajo de la moda y una obra de arte: mientras que los juguetes de la moda, al perder el brillo, pierden en realidad todo valor, incluso para los frivolos, una obra de arte, por humilde que sea, siempre permanece; nunca nos cansamos de ella; mientras quede un fragmento, sera valiosa e instructiva para cada nueva generacion. Todas las obras de arte, en resumen, tienen la propiedad de hacerse venerables en medio de ruinas; y es razonable que asi sea, porque desde el principio existio en ellas un alma, el pensamiento del hombre, que se hace visible mientras existe el cuerpo en el que fue injertada
Y esta ultima frase me lleva a considerar el otro aspecto de la necesidad de que el trabajo se ocupe solamente de hacer objetos que valga la pena hacer. Hasta ahora hemos estado pensando en ello solamente desde el punto de vista del usuario; claro que, incluso considerado de ese modo, ya tenia bastante importancia; sin embargo, desde el otro punto de vista, desde el del productor, tiene aun mayor importancia.
Porque repito que, al comprar estas cosas, ¡son vidas humanas lo que comprais!
¿Sereis participes, debido tan solo a la locura e irreflexion, del crimen que cometen quienes obligan a sus hermanos a trabajar inutilmente?
Porque cuando dije que era necesario que todas las cosas que se fabricaran valieran la pena, plantee esa reivindicacion principalmente en nombre del trabajo, puesto que el despilfarro de hacer objetos inutiles aflige doblemente al trabajador. Como parte del publico, se ve forzado a comprarlos, y la mayor parte de su misero jornal es absorbida por una especie de sistema universal de trueque; como productor, esta forzado a hacerlo; y, asi a perder el mismo fundamento de ese placer en el trabajo diario que es su derecho de nacimiento; esta obligado a trabajar sin alegria fabricando el veneno que el sistema de trueque le obliga a comprar. Asi que ese ingente numero de hombres que se ven obligados por la locura y por la avaricia a fabricar cosas dañinas e inutiles, es sacrificado a la sociedad. Mantengo que esto seria terrible e insoportable, aunque se sacrificara por el bien de la sociedad, si fuera posible; pero si se sacrifican, no por el bienestar de la sociedad, sino por su capricho, para aumentar su degradacion, ¿que aspecto tendran entonces el lujo y la moda? Por una parte, despilfarro ruinoso y agotador que nos lleva de corrupcion en corrupcion hasta terminar en un cinismo completo y en la desintegracin de toda sociedad; por otra parte, opresion implacable que destruye todo placer y toda esperanza de vida y que lleva.... ¿hacia donde?
He aqui, pues, una tarea para nosotros, las clases medias, antes de poder alisar el terreno para el nuevo nacimiento del arte, antes de poder limpiar nuestras propias conciencias de la culpa de esclavizar a los hombres mediante el trabajo. Algo es; y, si pudieramos hacerlo, tal vez eso solo seria suficiente y de ahi se derivarian todos los otros cambios saludables; pero, ¿podemos hacerlo? ¿Podemos escapar de la corrupcion de esta sociedad que nos amenaza? ¿Podemos nosotros, las clases medias, regenerarnos a nosotros mismos?
A primera vista se diria que un conjunto humano tan poderoso que ha levantado ese edificio gigantesco del comercio moderno, cuya ciencia, inventiva y energia ha subyugado las fuerzas de la naturaleza para hacerlas servir a sus propositos cotidianos, y que guia la organizacion que mantiene subyugados esos poderes naturales de un modo casi milagroso; a primera vista se diria, sin miedo a equivocarse, que un grupo de hombres opulentos tan considerable podria hacer todo lo que quisiese.
Y, sin embargo, lo dudo; su propia creacion, ese comercio del que esta tan orgulloso, se ha convertido en su amo; y todo lo que nosotros, las clases acomodadas -algunos con jubilo triunfante; otros con satisfaccion estupida, y algunos con tristeza de corazon-, estamos obligados a admitir es que el comercio no fue hecho para el hombre sino que el hombre fue hecho para el comercio
Por todas partes estamos obligados a admitirlo. En la clase media inglesa actual, por ejemplo, se encuentran hombres de altas aspiraciones artisticas y de voluntad decidida, hombres que estan profundamente convencidos de la necesidad de que la civilizacion rodee de belleza las vidas humanas; y muchos hombres de menor importancia, miles de ellos, me consta, refinados y cultivados, les siguen y alaban sus opiniones; pero tanto los dirigentes como los dirigidos son incapaces de salvar ni siquiera a media docena de hombres del pueblo de las garras del comercio inexorable; se hallan tan indefensos, pese a su cultura y a su talento, como si fueran todos ellos simples zapateros sobrecargados de trabajo; menos afortunados que el rey Midas, nuestros verdes campos y nuestras aguas claras e incluso el mismo aire que respiramos, se han convertido, no en oro (lo cual tal vez nos hubiera gustado a algunos durante cierto tiempo), sino en polvo; y, para hablar sin tapujos, sabemos con toda certeza que no es solo que bajo este evangelio actual del capital no haya esperanza alguna de mejora, sino que las cosas empeoran de año en año, de dia en dia. Comamos y bebamos, que mañana moriremos sofocados por la suciedad
Dejadme que os ofrezca un ejemplo directo de la esclavitud del comercio competitivo en que vivimos nosotros, desventurados miembros de la clase media. Os he exortado a dejar a un lado los lujos, a que os desnudeis de estorbos innecesarios, a la simplificacion de la vida, y creo que estareis totalmente de acuerdo conmigo en ello. Bien, he pensado muchas veces que una de las circunstancias mas hirientes que se engarzan en nuestro sistema de clases actual es la relacion que existe entre nosotros, los ricos, y nuestros criados; nosotros y nuestros criados vivimos juntos bajo el mismo techo, pero somos casi totalmente extraños los unos a los otros, pese a la afibilidad y buenos sentimientos que a menudo existen por ambas partes; no, extraños es una palabra suave; aunque seamos de la misma sangre y estemos ligados por las mismas leyes, vivimos juntos como personas de tribus diferentes. Ahora pensad en las consecuencias que ello tiene en el trabajo domestico ordinario de cada dia en un hogar y en si cabe la posibilidad de simplificar nuestras vidas mientras tal sistema perdure. Para no ir mas lejos, las que seais amas de casa sabeis muy bien (como me ocurre a mi, puesto que he aprendido el arte util de hacer la comida) en que manera se simplificaria el trabajo diario si las comidas mas importantes pudieran tomarse en comun; si no existiera doble comida, una en el piso principal y otra debajo. Y, evidentemente, nosotros, que pertenecemos a un siglo amante de la educacion, no podemos ignorar el valor educativo que tendria para los miembros menos refinados de un hogar reunirse con los mas refinados, una vez al dia por lo menos; observar los modales elegantes de las señoras bien educadas, participar en la conversacion de hombres de cultura y de viajes, de hombres de accion y de imaginacion; creedme que aventajaria en mucho a la enseñanza primaria.
Mas aun, este asunto se relaciona con nuestro tema del arte: porque observad, como muestras de esa estupidez de nuestra civilizacion de pacotilla, que nuestros hogares acomodados estan obligados a ser estupidas madrigueras de conejos en vez de estar planeados segun el antiguo sistema racional utilizado desde la epoca de Homero hasta pasados los tiempos de Chaucer; una gran sala, digamos, y unas cuantas habitaciones unidas a ella para dormir o en las que encerrarse. No es extraño que nuestras casas sean complicadas e innobles, porque las vidas que en ellas se viven son tambien complicadas e innobles
En ese caso, ¿por que los que hemos pensado en ello, pues estoy seguro de que muchos de nosotros lo hemos hecho, no cambiamos esta costumbre mezquina y vulgar, simplificando nuestras vidas con ello y educando a nuestros amigos, a cuyos esfuerzos debemos tantas comodidades? ¿Por que vosotros -y yo- no os poneis a hacerlo mañana mismo?
Porque no podemos; porque nuestros siervos no lo aceptarian, sabiendo, como sabemos nosotros, que ambas partes serian, con ello, mas desgraciadas. ¡La civilizacion del siglo XIX prohibe compartir el refinamiento de un hogar a sus miembros!
Asi que, ya lo veis, si nosotros, la clase media pertenecemos a un pueblo poderoso -lo cual, en buena fe, es cierto-, no hacemos mas que representar un papel que ya se ha interpretado muchas veces en la historia mundial; somos grandes, pero desdichados; somos gente importante y digna, pero moralmente aburrida; hemos comprado nuestro poder al precio de nuestra libertad y de nuestro placer
De modo que, en respuesta a la pregunta de si podemos alejar de nosotros los lujos y vivir vidas sencillas y decentes, digo que solo podremos cuanto estemos libres de la esclavitud del comercio competitivo; antes no.
Con certeza algunos de vosotros deseais ser libres, habeis sido educados y sois refinados, y vivificasteis vuestra percepcion de la belleza y del orden solo para que pudiera ser sacudida y lesionada en todo momento por la brutalidad del comercio competitivo; habeis sido tan perseguidos y acosados por el que, aunque goceis de buena posicion, incluso aunque quizas seais ricos, no teneis ahora nada que perder de la revolucion social; el amor al arte, es decir, al placer autentico de la vida, os ha llevado a tal punto que debeis compartir vuestra suerte con la de los esclavos asalariados del comercio competitivo; vosotros y ellos debeis ayudaros los unos a los otros, y tener una esperanza en comun; de lo contrario, vosotros, en cualquier caso, vivireis y morireis sin esperanza y sin ayuda. A vosotros, que deseais ser liberados de la opresion de los buscones del dinero, os digo: ¡Esperad el dia en que sereis obligados a ser libres!
Mientras tanto, si por otro lado esa opresion apenas nos ha dejado algun trabajo que valga la pena hacer, una cosa al menos queda por la que luchar; la elevacion del nivel de vida en aquellos casos en que se encuentra en su punto mas bajo o en un punto bajo; eso pondra alguna traba al comercio competitivo triunfante
Y no puedo concebir nada que tenga mas probabilidades de elevar el nivel de vida que la labor de convencer a algunos millares de personas que viven de su esfuerzo, de la necesidad que tienen de apoyar la segunda parte de la reivindicacion que he hecho en nombre del trabajo, es decir, que el trabajo sea agradable de por si. Si pudieramos simplemente convencerles de que esa extraña revolucion del trabajo seria de beneficios infinitos no solo para ellos, sino para todos los hombres, de que es tan perfectamente justo y natural que lo contrario, es decir, que la mayor parte del trabajo humano resulte penoso, es una mera monstruosidad de estos ultimos tiempos, que debe, a largo plazo, acarrear ruina y confusion a la sociedad que lo permite; si tan solo pudieramos convencerles, en ese caso, en efecto, existiria la oportunidad de que la frase arte del pueblo fuera algo mas que meras palabras.
A primera vista, sin duda alguna, podra parecer imposible conseguir que hombres nacidos bajo el actual sistema del comercio entiendan que el trabajo pueda ser para ellos una bendicion; no en el sentido con que a veces les predican esa idea aquellos cuyo trabajo es ligero y de facil evasion; tampoco como una tarea necesaria que la naturaleza impone a los pobres en beneficio de los ricos; tampoco solo como un opio que atonte su sentido del bien y del mal, que les haga estar sentados, sin protestar, bajo sus cargas, hasta el fin del tiempo, bendiciendo al señor y a su familia: podrian entender con bastante facilidad todas estas cosas, y algunas veces las escucharian con cierta muestra de complacencia, al menos en caso de pensar que pudieran sacar algo de nosotros con ello. Pero la doctrina autentica de que el trabajo debe ser una bendicion real y tangible, en si misma, para el trabajador, un placer incluso como ahora lo son el sueño y las bebidas fuertes, podra parecer muy dificil de entender, siendo, como es, tan diferente de todo lo que han encontrado que es el trabajo
Sin embargo, aunque la mayor parte del trabajo humano se soporta solamente como se soporta un mal necesario (la enfermedad, por ejemplo, mi experiencia al respecto es que, bien sea debido a un cierto caracter sagrado del trabajo manual que se injerta en el, incluso bajo las peores circunstancias, o bien porque el pobre, llevado por la necesidad a tratar de cosas terriblemente reales, cuando piensa -si es que lo hace- en tales asuntos lo hace menos convencionalmente que los ricos; sea lo que fuere, mi experiencia al respecto es que el trabajador encuentra mas facil de entender la doctrina de la reivindicacion del placer en el trabajo que puedan encontrarlo los ricos o los de clase acomodada. Dejando aparte cualquier palabra trivial que pueda añadir, me ha sorprendido encontrar, por ejemplo, en publicos de la clase trabajadora una admiracion tan apasionada hacia John Ruskin; pueden verlo como profeta, mas que como el retorico fantastico que descubren en el los publicos de mayor finura.
Es esto un buen augurio, me parece, de la educacion de los tiempos venideros. Pero nosotros, a veces tan teñidos de cinismo, debido a nuestro desamparo en el mundo repugnante que nos rodea y nos oprime, ¿no podemos acaso levantar nuestras propias esperanzas, de algun modo, hasta el punto de pensar que la esperanza que pueda aun brillar en los millones de esclavos del comercio es algo mejor que una mera ilusion, que una falsa aurora de una noche encapotada contra la que solo lucha la luna? Recordemos que aun quedan en el mundo monumentos que nos muestran que no siempre fue todo el trabajo humano un pesar y una carga para los hombres. Pensemos en la hermosa y señorial arquitectura, por ejemplo, de la Europa medieval: en los edificios levantados antes de que el comercio hubiera puesto la piedra cimera del edificio de la tirania al descubrir que la fantasia, la imaginacion, el sentimiento, la alegria de la creacion y la esperanza de un renombre justo son mercancias demasiado preciosas para que puedan comprarlas hombres sin dinero, simples artesanos y jornaleros. Recordemos que hubo un tiempo en que los hombres hallaban un placer en su trabajo diario, pero, sin embargo, respecto a otros asuntos ansiaban la luz y la libertad incluso tanto como ahora se desean: su tenue esperanza se hacia cada vez mas brillante y veian que se iba acercando de dia en dia su realizacion aparente, y la contemplaban con tanta ansiedad que no se dieron cuenta de que el enemigo que siempre acecha, la opresion, habia cambiado de forma y les estaba robando lo que ya habian conseguido en aquellos dias en que la luz de su nueva esperanza no era sino debil destello; de este modo perdieron su vieja ganancia, y a falta de ella, esa nueva ganancia les fue cambiada y desperdiciada y se convirtio en algo que no era mucho mejor que lo que habian perdido
Entre los dias que ahora transcurren y el final de la Edad Media, Europa ha ganado libertad de pensamiento, aumento de conocimientos y gran talento para tratar con las fuerzas materiales de la naturaleza; junto con todo ello, una relativa libertad politica y un respeto hacia las vidas de los hombres civilizados, y otros logros que acompañan a todo ello; sin embargo, digo deliberadamente que si la situacion actual de la sociedad continua, ella ha comprado esas ganancias a un precio demasiado alto; la perdida del placer del trabajo diario que en otro tiempo proporciono autentico solaz en los temores y opresiones de una masa de hombres: la muerte del arte fue un precio demasiado alto que tuvimos que pagar a cambio de la prosperidad material de las clases medias
Doloroso fue, ciertamente, que no pudieramos mantener nuestras manos llenas, que nos vieramos obligados a derramar con una mientras recogiamos con la otra; sin embargo, en mi opinion, aun es mas grave ser inconscientes de la perdida o, siendo escasamente conscientes de ella, tener que forzarnos a olvidarla y a proclamar en alta voz que todo va bien.
Porque, aunque todo no vaya bien, se que la naturaleza humana no ha cambiado en tanto en tres siglos que nos permita decir a todos los milenos que les precedieron: "Os equivocasteis al amar el arte; ahora hemos descubierto que lo que todos los hombres necesitan es alimentos, ropas y cobijo, y un barniz de conocimientos sobre la forma material del universo. La creacion no es ya una necesidad del alma humana; la mano derecha bien puede olvidar su instinto; el hombre no empeorara por ello
Trescientos años, un dia en el transcurso del tiempo, no han cambiado la naturaleza del hombre irremesiblemente, podeis estar seguros; un dia recobraremos el arte, es decir, el placer de la vida; devolveremos el arte a nuestro trabajo diario: ¿Donde esta, pues, la esperanza?, "nos podeis decir, "Mostradnosla".
La esperanza se encuentra precisamente en el mismo lugar en que la esperanza antigua nos defraudo. Abandonamos el arte por lo que creiamos ser luz y libertad, pero lo que compramos no fue, ni mucho menos, luz ni libertad: la luz mostro muchas cosas a que los de clase acomodada que se tomaron la molestia de buscarlas; la libertad dio a la clase media muchas posibilidades, si se preocupaban de utilizar esa libertad; pero estos eran, en el mejor de los casos, pocos; a la mayoria de los hombres la luz les mostro que ya no necesitaban andar en busca de una esperanza y que la libertad habia otorgado a la mayoria de los hombres la libertad de aceptar, con un suelo miserable, el trabajo de esclavos que se hallara mas cercano o, por el contrario, verse obligados a morir de hambre
Ahi esta nuestra esperanza, os digo. Si el trato hubiera sido realmente justo, totalmente completo, entonces lo unico que se podria hacer es enterrar el arte y olvidar la belleza de la vida; pero ahora la causa del arte puede apelar a algo mas: nada menos que a la esperanza que la gente tiene en la vida feliz que aun no se les ha concedido. Ahi esta nuestra esperanza: la causa del arte es la causa del pueblo
Pensad en un momento historico, ¡y vuestra esperanza despertara! Hubo un tiempo en que el poder de Roma abarcaba, en abrazo envenenado, todo el mundo de la civilizacion. Todos los hombres -incluso los mejores, podeis ver en los mismos evangelios- pensaban que ese imperio estaba llamado a durar eternamente: los que en el vivian no podian imaginar que existiera en el mundo, fuera de el, nada digno de consideracion; pero los dias pasaron, y aunque nadie advirtiera los presagios del cambio que se avecinaba, el cambio, sin embargo, llego, como llega un ladron en la noche, y los barbaros, ese mundo que se extendia fuera del dominio de Roma, cayeron sobre ella; y los hombres, ciegos de terror, lamentaron el cambio y consideraron que el mundo habia sido destrozado por la furia del Norte.
Pero incluso esa furia trajo consigo ciertas cosas totalmente extrañas a Roma y que en otro tiempo habian sido el alimento que nutriera sus glorias: odio a la mentira, desprecio a las riquezas, menosprecio hacia la muerte, fe en la reputacion honrada obtenida por el esfuerzo tenaz, amor honorable hacia las mujeres...., todas esas cosas trajo consigo la furia del Norte, como el torrente de la montaña transporta el oro, y asi Roma se hundio y surgio Europa y la esperanza del mundo renacio
Para un espiritu sensible, esta historia del pasado servira de parabola de los dias que han de venir, del cambio que se nos avecina, ahora oculto en el seno de los barbaros de la civilizacion, del proletariado; y a nosotros, las clases medias, sosten del sistema poderoso y monstruoso del comercio competitivo, atañe limpiar nuestras almas de avaricia y de cobardia y enfrentarnos con ese cambio que, otra vez, esta en el camino; comprender la bondad y la esperanza que trae consigo, pese a todas las amenazas de violencia, pese a toda esa repugnancia, que no engendro el, sino que fue engendrado por el mismo sistema que esta llamado a destruir
Quiero decir, una vez mas, que la mejor esperanza que tenemos nosotros, las personas acomodadas, los que amamos el arte, no como un juguete, sino como algo necesario para la vida del hombre, como muestra de su libertad y de su felicidad, es la de elevar el nivel de vida del pueblo; o, en otras palabras, conseguir la reivindicacion que plantee en nombre del trabajo y que ahora expondre de modo diferente, para que intentemos ver cual es el obstaculo mayor que nos impide hacer que esa reivindicacion se cumpla y cuales son los enemigos que debemos atacar. Asi que voy a exponer de nuevo esa reivindicacion:
El trabajo humano no debera producir nada que no valga la pena, y ese trabajo no debera ser degradante para los trabajadores
Por sencilla que parezca esta proposicion, y creo que os debe parecer tan cierta como me parece a mi, al meditar sobre este asunto vereis que es una amenaza de muerte directa contra el sistema actual de trabajo de los paises civilizados. Este sistema, que he llamado comercio competitivo, es claramente un sistema de guerra; es decir, de despilfarro y de destruccion; o, si quereis, un juego de tahures, cuyas reglas son que todo lo que un hombre puede ganara bajo ese sistema lo gana a costa de lo que otro pierde. Tal sistema no presta atencion -ni puede prestarla- al problema de si vale o no la pena fabricar ciertos objetos; ni le preocupa una cosa, y una cosa sola, es decir, lo que llama obtener un beneficio, palabra que ha llegado a ser usada tan convencionalmente que debo explicaros lo que realmente significa, y es esto: ¡el despojo del debil por el fuerte! Y quiero añadir que este sistema es, por su propia naturaleza, destructor del arte, es decir, destructor de la felicidad de la vida. Toda consideracion que pueda existir por la vida del pueblo en la actualidad, todo lo que se haga que tenga algun valor, se hace pese al sistema y en contra de sus maximas; y es muy cierto que todos nosotros, al menos tacitamente, admitimos que se opone a las aspiraciones mas altas de la humanidad.
¿Es que acaso no sabemos como trabajan esos hombres de talento que son la sal de al tierra, sin los cuales la corrupcion de la sociedad hace ya tiempo hubiera llegado a hacerse insoportable? Los poetas, los artistas, los cientificos, ¿no es cierto que en sus dias jovenes y gloriosos, cuando alcanzan el cenit de su fe y de su entusiasmo, se ven constantemente frustrados por la guerra comercial con su ironica pregunta: "¿Dara dinero?". ¿No es cierto que cuando comienzan a obtener exito mundial, cuando se hacen relativamente ricos, pese a nosotros, nos aparecen como tiznados por sus corrompidos contactos con el mundo comercial?
¿Necesito hablaros de los grandes proyectos arrinconados, de cosas cuya ejecucion es tremendamente necesaria -asi lo confiesan todos los hombres-, pero que nadie puede decididamente poner en marcha debido a la falta de dinero? Por el contrario, si se trata de crear o de estimular algun capricho vano en la mente del publico, y si para satisfacerlo se obtiene algun beneficio, el dinero llovera a toneladas.
Y aun hay mas: bien sabeis que es muy vieja la historia de las guerras que engendra el comercio en busqueda de nuevos mercados, que ni los estadistas mas pacificos pueden resistir; es una vieja historia, pero parece eternamente nueva, y ahora se ha convertido en una especie de broma siniestra, de la cual, si pudiera evitarlo, no reiria, y sin embargo, me veo ogligado a hacerlo desde mi alma repleta de ira
Pues bien, ¿que ha hecho por nosotros todo ese dominio sobre los poderes de la naturaleza que hemos conseugido en los ultimos cien años, o en menos tiempo aun, bajo el sistema actual? En opinion de John Stuart MIll, era dudoso que todos los inventos mecanicos de la epoca moderna hubieran hecho algo para aligerar la carga del trabajo; y tened la certeza de que no fueron hechos con aquel objetivo, sino con el de obtener un beneficio. Esas maquinas casi milagrosas que, de haber sido tratadas con prevision ordenada, pudieran ahora ya estar extinguiendo a pasos agigantados todo el trabajo fastidioso e insensato, dandonos la libertad de elevar en nuestros trabajadores el nivel de habilidad manual y de energia de mente y producir de nuevo la belleza y el orden, que solo pueden producir manos humanas guiadas por su espiritu, ¿Que es lo que en realidad han hecho por nosotros? El mundo civilizado esta muy orgulloso de sus maquinas, si, pero, ¿Tiene algun derecho a estar orgulloso del uso a que han sido destinadas por la guerra y el despilfarro comercial?
Me parece que no existe en ello motivo de jubilo: la guerra comercial ha obtenido un beneficio de estas maravillas; es decir, por sus medios ha engendrado millones de trabajadores infelices, maquinas sin inteligencia en lo que respecta a su trabajo diario, para obtener mano de obra barata, para mantener su juego apasionante, pero asesino, eternamente. Y es cierto que esa mano de obra hubiera sido tremendamente barata -barata para los generales de la guerra comercial, y mortalmente cara para el resto de nosotros- a no ser por las semillas de libertad que unos hombres valientes sembraron hace algun tiempo entre nosotros y que estan brotando en nuestros propios dias en forma de cartismo, sindicalismo y socialismo, en defensa del orden y de una vida decente. Nuestra propia esclavitud hubiera sido terrible -no solo la de las clases trabajadoras- a no ser por esos germenes del cambio que debe acontecer
ncluso tal como estan las cosas, mediante ese amontonamiento de los obreros de las maquinas y de sus acolitos en las grandes ciudades y en los distritos industriales, ha mantenido nuestras vidas por los suelos y las mantiene por los suelos, a un nivel de vida miserablemente bajo; tan bajo, que cualquier plan de mejora llega a ser dificil de imaginar. Por los medios de comunicacion rapidos que ha creado, y que debieran haber elevado el nivel de vida al esparcir el conocimiento desde las ciudades al campo y al crear en todas partes centros modestos de libertad de pensamiento y de habitos culturales, por el ferrocarril y lo que se le parezca, ha enganchado nuevos reclutas al ejercito de reserva de competidores indigentes, del cual dependen en gran manera las ganancias de la especulacion, desnudando al campo de su poblacion y extinguiendo toda esperanza razonable y toda vida en las ciudades pequeñas
Como artista, no puedo dejar de pensar, ni relegar a un ultimo termino, en las consecuencias externas que nos ha acarreado este gobierno de la anarquia miserable que es la guerra comercial. Pensad en la ulcera de Londres, que se agranda, que devora de modo repugnante campos y bosques y brezales, despiadada y desesperadamente, burlandose de nuestros debiles esfuerzos para atajar algunos de sus males menores, y los cielos cargados de humos, los rios infectos; pensad en el horror sombrio y en la indiferente suciedad de nuestros distritos industriales, tan terrible para los sentidos desacostumbrados a ello que llega a ser siniestro para el futuro de la raza el que haya hombres que puedan vivir sumidos en ella y manteniendo el buen humor; aun hay mas; pensad en el mismo campo abierto en el que, para sustituirlas por miserables edificios de ladrillo y pizarra construidos apresuradamente, se echan a un lado esas viviendas solidas y grises que aun se encuentran esparcidas a nuestro alrededor, emblemas apropiados, debido a su sencillez alegre y bella, de los campesinos libres del campo ingles, cuya destruccion a manos de la entonces joven guerra comercial lamentaron tan conmovedoramente el magnanimo More y el valeroso Latimer. Por todas partes, en resumen, un cambio de lo viejo a lo nuevo implica, aun dudando de todo lo demas, una certeza: el empeoramiento del aspecto del pais
Esta es la situacion de Inglaterra: si, de Inglaterra, pais del orden, de la paz y de la estabilidad, pais del sentido comun y del pragmatismo, pasi al que se dirigen las miradas de todos aquellos que esperan que el progreso moderno continue y se perfeccione. Hay paises europeos cuyo aspecto exterior no esta tan arruinado, aunque tengan tal vez menos prosperidad material, aunque la riqueza de la clase media este menos extendida para asi equilibrar la miseria y la desgracia que antes mencione; pero si esos paises son miembros del gran complot comercial tendran que pasar por la misma puerta, a no ser que ocurra algo que detenga la marcha triunfal de la guerra comercial antes de que llegue a su fin.
Eso es lo que nos han legado tres siglos de comercio, la esperanza que surgio cuando el feudalismo comenzaba a hacerse pedazos. ¿Que podra darnos el amanecer de una nueva esperanza? ¿Acaso podra ser algo distinto a una revuelta general contra la tirania de la guerra comercial? Los paliativos de que muchas personas de valor se ocupan son, en estos momentos, completamente inutiles, porque tan solo son revueltas parciales, desorganizadas, contra una organizacion vasta, insaciable, que recibira todo intento de mejorar la condicion de la vida de la gente con un nuevo ataque; nuevas maquinas, nuevos mercados, emigracion masiva, renacimiento de supersticiones rastreras, predica del ahorro a gentes que carecen de todo, de templanza a los miserables; cosas de este tipo frustraran en toda ocasion las revueltas parciales contra ese monstruo que nosotros, las clases medias, hemos creado para nuestra propia destruccion
Hablare con toda claridad de este asunto, aunque deba decir al final algo desagradable, si he de confesar todo lo que pienso. Lo unico que debemos hacer es que todo el mundo piensa en todo momento en que es posible elevar el nivel de vida. Si os fijais en ello vereis claramente que equivale a promover el descontento general.
Y ahora, para demostrar que vuelvo a mi reivindicacion en favor del arte y del trabajo, para que pueda ocuparme de la tercera demanda, he aqui de nuevo la reivindicacion completa:
Es justo y necesario que todos los hombres trabajen en algo:

1º El trabajo debe valer la pena
2º Debe ser agradable en si mismo
3º Debe hacerse en tales condiciones que no resulte ni excesivamente fastidioso ni excesivamente angustioso

Yo he procurado referirme a las dos primeras clausulas, que estan muy relacionadas entre si. Son, pudieramos decir, el alma de la reivindicacion de un trabajo justo; la tercera clausula es su cuerpo, sin el cual el alma no pueda existir. Asi que voy a exponerla de esta forma y ella nos llevara a un terreno que en parte ya hemos cubierto
Ninguna persona con ganas de trabajar debera temer nunca la falta de empleo que cubra todas sus necesidades basicas de mente y de cuerpo
"Todas las necesidades basicas", ¿y cuales son esas necesidades basicas para todo buen ciudadano?
En primer lugar, un trabajo decoroso y digno, lo cual implicaria dar la oportunidad de capacitarse para el trabajo mediante la educacion debida; tambien, y ya que el trabajo debe ser digno de efectuarse y debe ser agradable, nos daremos cuenta de que para lograr este objetivo es necesario que la posicion laboral este de tal modo asegurada que no se pueda obligar a un hombre a efectuar trabajos inutiles o trabajos en que no pueda hallar placer
La segunda necesidad es que exista un ambiente decente, lo que implica:

a) Buenvas viviendas
b) amplio espacio
c) orden y belleza genreal

Es decir:
a) nuestras casas deben estar bien construidas, deben ser limpias y saludables
b) debe existir abundante espacio verde en nuestras ciudades, y nuestras ciudades no deben devorar los campos y el aspecto natural del campo; mas aun, pido inlcuso que se dejen espacios abiertos y tierras virgenes salvajes; de lo contrario, el encanto y la poesia -es decir, el arte-, moriran entre nosotros;
c) orden y belleza significan no solo que nuestras casas deben estar construidas de modo duradero y con propiedad, sino que deben tambien estar bien decoradas; que los campos que se dediquen al cultivo no se estropeen mas de lo que se pueda estropear un jardin; por ejemplo, no se permitira que nadie pueda talar, por mero beneficio personal, arboles cuya perdida perjudique un paisaje ni bajo ningun pretexto podra nadie oscurecer la luz del dia con humos, emponzoñar los rios o degradar ningun lugar de la tierra con desperdicio inmundos o con ese desorden brutal y despilfarrador

La tercera necesidad es tiempo libre. Comprendereis que al utilizar esa expresion entiendo, en primer lugar, que todos los hombres deberan trabajar durante una parte del dia y, en segundo lugar, que tienen el derecho positivo a exigir un descanso despues de ese trabajo; el tiempo libre que tienen derecho a exigir debe ser lo bastante extenso para que les permita un descanso completo de la mente y del cuerpo; todo hombre debe tener tiempo para el pensamiento intelectual profundo, para la imaginacion (incluso para soñar), o la raza humana, por el contrario, inevitablemnete empeorara. Incluso respecto a ese trabajo decoroso y digno al que me he referido, que es la misma gloria, si esta totalmente separado del trabajo forzado del sistema capitalista, no se le debe exigir a un hombre mas de lo que en justicia le corresponda; si no, los hombres se desarrollaran desigualmente y seguira habiendo en la sociedad algo corrompido
Os he expuesto, pues, las condiciones bajo las cuales se puede realizar un trabajo que valga la pena y que no sea degradante: no se puede realizar bajo ninguna otra condicion, y si el trabajo global del mundo no vale la pena y a la vez es degradante, sera un contrasentido hablar de civilizacion
Ahora bien, ¿pueden alcanzarse estas condiciones bajo el evangelio actual del capitalismo, cuyo lema es "salvarse quien pueda"?
Consideremos nuestra reivindicacion de nuevo, expuesta en otras palabras:
En un estado social debidamente ordenado, todo hombres con ganas de trabajar debera tener asegurados:

1º Un trabajo decoroso y digno
2º Una vivienda saludable y bella
3º Tiempo libre, disponible para el descanso de la mente y del cuerpo

Ahora bien, supongo que ninguno de los aqui presentes negara que seria deseable conseguir esta reinvidacion; pero quiero que todos penseis que es necesario que se logre, que, mientras no hagamos todo lo posible para conseguirlo, seremos tan solo la parte esencial de una sociedad fundada en el robo y en la injusticia, condenada por las leyes del universo a destruirse a si misma mediante sus propios esfuerzos para pervivir eternamente. Mas aun, quiero que penseis que, si por una parte es posible lograr esta reivindicacion, por otra es imposible lograria bajo el sistema plutocratico actual, que nos prohibira incluso todo intento serio de lograrlo: el comienzo de la revolucion social debe ser el cimiento de la reconstruccion del arte del pueblo, es decir, del placer de la vida
Debo decir ahora ciertas frases desagradables. ¿Sabemos que la mayor parte de los hombres de las sociedades civilizadas, son sucios, ignorantes, brutales, o en el mejor de los casos, avidos del sustento de la semana que viene, que son, en pocas palabras, pobres? Y al pensar en su situacion, bien sabemos que es injusta.
Dice un cuento viejo que aquellos hombres que se labran una fortuna por medios deshonrados y tiranicos, derrochan con liberalidad y en obras caritativas -como ellos dicen- sus ganancias mal obtenidas; pero el cuento no alaba a tales personas, sino que, por el contrario, cree que, pese a todo, el diablo los atrapa. Es una historia vieja, si, pero yo os digo: "De que fabula". ¡De ti habla esa historia, tu eres el protagonista!
En mi opinion, las clases ricas y acomodadas estamos actuando diariamente del mismo modo: inconsciente o semiinconscientemente tal vez, amontonamos riquezas comerciando con las imperiosas necesidades de nuestros semejantes, y luego arrojamos unas monedas a aquellos que, de una u otra forma, nos chillan con mas fuerza. Nuestras leyes de pobres, nuestras obras de caridad, organizadas y desorganizadas, no son mas que debiles barreras para atajar un torrente, mero chantaje pagado a una injusticia renqueante, para que no pueda darnos alcance.
¿Cuando llegara el dia en que los hombres honrados y con claridad de ideas se harten de todo este caos de desperdicio, de este sistema que roba a Pedro para darselo a Pablo, que es la esencia misma de la guerra comercial?¿Cuando nos uniremos todos para sustituir este sistema, cuyo lema es "Salvese quien pueda", por otro sistema cuyo lema sea, realmente y sin ningun calificativo: "Todos para uno y uno para todos"?
¿Quien sabe? Tal vez ese dia se aveine, pero, ¿Veremos nosotros, los que ahora vivimos, el comienzo de ese final que exinguira el lujo y la pobreza, que fusionara las clases alta, media y baja en una sola clase, que vivira alegremente una vida sencilla y feliz?
Muy larga resulta esa frase para describir el estado de cosas que os pido me ayudeis a conseguir: "la abolicion de la esclavitud es una frase mas corta y significa lo mismo. Tal vez, por una parte, podais estar tentados de pensar que no vale la pena luchar por ese objetivo; o que, por otra, supongais todos vosotros que ese objetivo se halla a tanta distancia que no se puede hacer nada importante para conseguirlo en nuestros dias y que, por esa misma razon, bien puede uno cruzarse de brazos y no hacer nada. Permitidme que os recuerde que, hace muy poco tiempo, muchos miles de hombres de nuestra misma condicion dieron sus vidas en el campo de batalla para que concluyera felizmente un solo episodio en la lucha por la abolicion de la esclavitud: son ellos hombres admirados y felices, porque les llego su oportunidad, la aprovecharon e hicieron todo lo que pudieron, y el mundo se ha enriquecido con ello. Ahora bien, si se nos ofrece una oportunidad semejante, ¿La echaremos de lado para poder descansar con tranquilidad, mientras la duda, la enfermedad oprimen nuestra alma? Estos son dias de combate: ¿Quien podra dudarlo, si a nuestro alrededor se escuchas sonidos que presagian el descontento, la esperanza y el temor por doquier, sonidos del valor que despierta y de la conciencia que resurge? Estos, os digo, son dias de combate, en los que no hay posibilidad de paz externa para un hombre honrado; en los que, por esa misma razon, es mas facil conseguir l a paz interna de una buena conciencia fundada en convicciones seguras, puesto que se nos esta ofrecindo accion en defensa de la causa
O bien, ¿direis acaso que en este pais de Inglaterra, tranquilo y gobernado constitucionalmente, no se nos ofrece ninguna oportunidad de accion? Si estuvieramos en la amordazada Austria, en Rusia, donde un par de palabras dte pueden hacer aterrizar en Siberia o en la prision y fortaleza de Pedro y Pablo...., claro, entonces con toda certeza............
¡Ay amigos mios! ¡Que ofrenda mas pobre podemos presentar ante las tumbas de los martires de la libertad, si rehusamos tomar la antorcha de sus manos desfallecientes! ¿no fue acaso Goethe quien, al oir que alguien se iba a America a iniciar una nueva vida, le replico: "America esta aqui o no esta en ninguna parte"? Del mismo modo yo os digo: "Aqui esta Rusia, o no esta en ningun lado"
Decir que las clases gobernantes inglesas no se asustan de la libertad de expresion y que, por lo tanto, debemos abstenernos de hablar con libertad me suena a extraña paradoja. Ahondemos, por el contrario, esa brecha que nos abrieron hombres valientes; si nos echamos atras, haremos que sus esfuerzos, sus sufrimientos, sus muertes, no tengan ningun valor.
Creedme, nos mostraran que se trata de todo o de nada. ¿O acaso alguno de los aqui presentes querra argüir que un mujik ruso se halla en una situacion peor que la del sudoroso esclavo asalariado de la confeccion? No nos engañemos: la clase de las victimas existe tanto aqui como en Rusia. Pero, ¿existen menos aqui? Quizas; pero en ese caso se encuentran mas indefensas y por ello tienen mas necesidad de nuestra ayuda
¿Y como podemos nosotros, las clases medias, nosotros, capitalistas y parasitos, ayudarles? Renunciando a nuestra clase, y siempre que exista un antagonismo entre las clases, poniendonos al lado de las victimas: al lado de los condenados a la falta de educacion, de refinamiento, de placer y de reputacion, en el mejor de los casos y en el peor, a una vida inferior a la de los salvajes mas brutales, para que el sistema del comercio competitivo prevalezca
No hay otro camino; y este, os lo digo sin tapujos, nos dara, a largo plazo, multiples ocasiones de sacrificio personal, sin que para ello tengamos que ir a Rusia. Tengo la plena seguridad de que el auditorio, aqui hay gente que se siente llena de descontento hacia la anarquia miserable de este siglo del comercio; yo les ofrezco un medio de renunciar a su clase apoyando la propaganda socialista, alistandose a la Federacion Democratica, que tengo el honor de representar ante vosotros y que me parece ser la unica en este pais que presenta como programa un socialismo constructivo
Esta es, mi opinion, una buena oportunidad para aquellos que estamos descontentos con el estado actual de las cosas y deseamos una oportunidad de renunciar a el; y es muy cierto que al aceptar esa oportunidad tendreis que sufrir, desde ese momento, algunos de los inconvenientes del martirio, sin obtener al mismo tiempo su dignidad. Al menos se burlaran y se reiran de vosotros esas personas cuya burla es muestra de honor para un hombre honrado; pero tambien, no lo dudo, os miraran con frialdad muchas personas excelentes, y no todas ellas seran completamente estupidas. Correreis el riesgo de perder vuestra posicion, vuestra reputacion, vuestra fortuna, vuestros amigos incluso: perdidas que, en realidad, no son sino pellizcos comparados con el martirio genuino del que os he hablado; pero que, sin embargo, revelan de que pasta esta hecho un hombre, tanto mas cuanto que es muy facil escapar de ello sin ningun otro reproche de cobardia que el que vuestra conciencia os dicte
Claro que tampoco puedo aseguraros que salgais siempre impunes de los ataques de la tirania abierta. Es cierto que en la actualidad la sociedad capitalista mira al socialismo en Inglaterra con sarcasmo. Pero recordad que ese grupo de personas que, por ejemplo, han devastado la India, han matado de hambre y han amordazado a Irlanda, han torturado a Egipto, tiene capacidad -ultimamente ha mostrado sintomas de mal agüero- de representar abiertamente el papel de tirano no tan lejos de casa
Asi que, lo miremos por donde lo miremos, la posicion que os ofrezco implica sacrificio: esa posicion os daria vuestra "America" en casa y os daria la seguridad interna de que, al menos, sois de alguna utilidad para la causa; y por ello, a quienes esteis convencidos de la justicia de nuestra casa, os pido no titubeeis en participar activamente en la lucha que -con ayuda de quien sea, con oposicion de quien sea-, debe, sin duda, culminar por fin ¡En la victoria!

Arte popular
Por William Morris

Toda obra de arte, aun la mas humilde, es inimitable. Estoy completamente convencido de que todo el conocimiento acumulado por la ciencia moderna, toda la energia del comercio moderno, toda la profundidad y espiritualidad del pensamiento moderno, no pueden reproducir las obras de arte de los campesinos ignorantes y supersticiosos de Berkshire en el siglo XIV; ni tampoco las de los oprimidos y esqueleticos campesinos indios. Estoy completamente seguro de ello; y esta certeza no me deprime: me alienta, porque ella nos hace recordar que el mundo ha sido valioso durante mas de un siglo y en mas de un pais, una verdad que tendemos a olvidar con facilidad
He tenido que hablaros esta noche del arte popular, la base sobre la que todo arte descansa. No podria entregarme a la tarea monotona de hablaros de un fantasma del pasado, de algo sin vida; tengo que hablaros de algo viviente y con esperanza o, de lo contrario, callarme; y estoy profundamente convencido de que el arte popular no puede vivir si el trabajo sigue siendo esclavo del desorden, la fatal de hornadez y la desunion. Debo confesar con alegria que vislumbro a nuestro alrededor indicios de una era de orden, de buena voluntad y de union, que se aproxima, y esto precisamente me ha dado valor para deciros estas palabras finales y para sugerir que, en mi humilde opinion, todos y cada uno de los que llevamos la causa en el corazon, podemos hacer algo por que progrese.

 

Arte y sociedad
Por William Morris

Señor: el proposito de mi conferencia era plantear un asunto distinto al del "arte puro". Deseaba indicar especialmente que la cuestion del arte popular era una cuestion social que implica la felicidad o la miseria de la mayor parte de la comunidad. La ausencia del arte popular en nuestra epoca es mas inquietante y dolorosa por esta razon que por ninguna otra, y se debe a la fatal division humana entre clases cultivadas y clases degradadas que el comercio competitivo ha creado y ahonda. El arte popular no tiene oportunidad de vivir una vida saludable, ni siquiera de tener vida, mientras no estemos en vias de salvar ese terrible abismo entre la pobreza y la opulencia.
Es indudable que muchas cosas lo salvaron, y si el arte tiene que ser una de ellas, que asi sea. Pues, ¿que nos importa el arte si no podemos participar de el todos? Lo unico que temo es que el arte resucite de entre los muertos, aunque otras coasas descansen alli tambien. Porque, en realidad, ¿Cual es el verdadero fin y objetivo de toda politica y de todo comercio? ¿No es lograr un estado de cosas en el que todos los hombres puedan vivir en paz y libres de una ansiedad extenuamente, dotados de un trabajo que les agrade y produzca resultados utiles para sus semejantes?
Puede ser una carga para la conciencia de los hombres honrados que viven una vida mas viril, el pensar en las innumerables vidas que se agotan en fatigas no mitigadas por la esperanza ni estimuladas por el elogio; hombres que muy bien podrian pese a todo el bien que prestan a sus vecinos con su trabajo, estar dando vuletas a un manubrio en el aire; pero este es el destino de los que trabajan al servicio del comercio competitivo ciego, que insiste en ser considerado como un fin y no como un medio
Ha sido esta carga sobre mi conciencia, lo digo con toda sinceridad, la que me ha llevado a hablar del arte popular en Manchester y en otras partes. No podria olvidar nunca que, pese a todas sus desventajas, mi trabajo me resulta un placer casi puro y que bajo ninguna circunstancias imaginalbe lo abandonaria, aunque pudiera. Una y otra vez me he preguntado por que mi destino no es un destino corriente. Mi trabajo es un trabajo bastante simple: gran parte de el, y no la menos agradable, podria ser realizada por cualquier hombre de inteligencia media, con tal de que quisiera preocuparse del trabajo y de sus resultados. En realidad, me he sentido avergonzado al reflexionar sobre el contraste entre mis felices horas de trabajo y la explotacion monotona, sin alabanza ni recompensa, a que estan condenados la mayoria de los hombres. Nada me convencera de que un trabajo asi pueda ser bueno o necesario para la civilizacion