1. Orígenes familiares, formación académica y activismo social
El presidente electo de Estados Unidos nació en agosto de 1961 en Honolulu, Hawái, como el único hijo del matrimonio formado por el kenyano Barack Hussein Obama, entonces un estudiante de Economía que disfrutaba de una beca gestionada por uno de los más prominentes políticos de su país, Tom Mboya, y la estadounidense Ann Dunham, natural del estado de Kansas y con ancestros anglo-irlandeses.
La pareja, con 24 y 18 años respectivamente, se había conocido el año anterior en las aulas del East-West Center de la Universidad de Hawái, y en febrero de 1961, estando ella embarazada de Barack Hussein junior, celebró un casamiento interracial que hubo de vencer la oposición de las dos familias; seis meses después de la boda, el 4 de agosto, nacía el niño. Éste no era el primer vástago del padre, ya que Barack Obama senior, que pese a su nombre y progenie tribal musulmanes no era religioso y de hecho se tenía por ateo, había estado maridado en Kenya con una compatriota, Kezia, quien le había dado dos hijos, un chico y una chica. En realidad, indican investigaciones periodísticas, Obama seguía casado con Kezia, desposada con él en 1957 mediante una ceremonia tribal, a la que había abandonado en Kenya y cuya existencia ocultó a Dunham.
El divorcio puso término al matrimonio Obama-Dunham a principios de 1964, culminando un período de alejamiento y separación entre los cónyuges que había comenzado en 1962, cuando él marchó al continente, a Massachusetts, para continuar su formación como economista en la Universidad de Harvard, y ella, llevándose al bebé consigo, se desplazó a Seattle para tomar clases en la Universidad de Washington. Al cabo de unos meses, Dunham regresó a Honolulu para reunirse con sus padres y reincorporarse a la Universidad hawaiana.
Hacia 1966 Dunham volvió a casarse con un estudiante extranjero del campus isleño, el indonesio Lolo Soetoro, un treintañero de carácter risueño y musulmán no practicante al que las circunstancias políticas en su país le obligaron a retornar en 1967, trayéndose con él a la esposa y el hijastro. La familia fijó su hogar en Yakarta y en 1970 se incrementó en un miembro con el nacimiento de un hijo biológica de la pareja, Maya Kassandra. El niño Obama creció y se educó en un ambiente de clase media básicamente laico y con las necesidades económicas cubiertas gracias al trabajo de su padrastro como consultor geólogo, que ejercía por cuenta del Gobierno para la multinacional petrolera Mobil.
Fue en la capital indonesia donde Obama cursó los primeros grados de la enseñanza elemental, en un colegio católico franciscano, donde le inculcaron doctrina cristiana, y una escuela pública del distrito de Menteng, donde leyó el Corán. Sin embargo, añoraba Hawái, así que en 1971 pidió a su madre que le mandara de vuelta a la que consideraba su verdadera casa, Honolulu; allí quedó al cuidado de sus abuelos maternos, Stanley y Madelyn, y completó la formación primaria antes de emprender la secundaria en un centro privado, el Punahou School.
Al poco de regresar, en las Navidades de 1971, el muchacho tuvo en el estado polinesio un reencuentro con su padre, al que no veía desde la separación conyugal y que, según relata él mismo en su voluminoso libro de memorias Dreams from My Father: A Story of Race and Inheritance -publicado por primera vez en 1995 y reeditado en 2004 con un gran éxito de ventas-, ya no volvería a ver. Convertido tras la independencia del país africano en 1963 y su licenciatura en Harvard dos años más tarde en un alto funcionario económico de los ministerios kenyanos de Transportes y Finanzas, Barack Obama I mantuvo una agitada vida sentimental en Nairobi, donde se casó por tercera vez (con la estadounidense Ruth Nidesand), volvió a divorciarse, regresó temporalmente con su primera esposa y finalmente se emparejó con una cuarta mujer; en estas tres relaciones concibió descendencia en cinco ocasiones más, elevando a ocho los hermanastros del retoño tenido como su segunda esposa norteamericana.
Hombre de carácter difícil, incapaz de asumir sus responsabilidades como esposo y padre, y de hecho un enigma para su hijo hawaiano, quien apenas trató con él, el progenitor del futuro estadista vio naufragar su prometedora carrera profesional por su adicción al alcohol y sus opiniones críticas con determinadas políticas económicas del régimen dictatorial del presidente Jomo Kenyatta y el partido único en el poder, el KANU. El asesinato en 1969 de su mentor y paisano de la etnia luo, Mboya, cuando fungía de ministro de Planificación Económica, probablemente por órdenes de Kenyatta o de su entorno de dirigentes kikuyus, le deslizó por una cuesta abajo en la que perdió su trabajo en el Gobierno y vio restringida la libertad de movimientos. Provocados al parecer por la bebida, sufrió una serie de accidentes de tráfico, el último de los cuales, en 1982, a los 46 años, le costó la vida.
Hasta su graduación en 1979, el joven Obama se vio periódicamente en Honolulu con su madre, que en 1972 se separó de Soetoro y ocho años después obtuvo el divorcio; el padrastro indonesio iba a fallecer por causas naturales en 1987 a los 51 años. En 1977 Dunham propuso a su hijo regresar con ella y Maya a Indonesia, donde había terminado sus estudios y se le abría un horizonte profesional como trabajadora social, pero Obama prefirió terminar el high school en territorio estadounidense. Hasta su muerte en 1995 a los 52 años víctima de un cáncer ovárico, la antigua señora de Obama destacó como antropóloga, especialidad en la que se doctoró por la Universidad de Hawái, consultora social y promotora de proyectos de desarrollo rural y microcréditos destinados a los campesinos pobres de Indonesia.
En 1979, Obama, tras haber repartido los 18 años de su vida entre Hawái e Indonesia, marchó a América para realizar el preuniversitario en el Occidental College de Los Ángeles. En este centro privado, uno de los más afamados de la costa oeste en la enseñanza de artes liberales, llevó, reconoce en su sus memorias, un estilo de vida lúdico pródigo en fiestas, alcohol y drogas, de las que probó la marihuana y la cocaína, experiencia esta última que en agosto de 2008, en un foro de religiosos evangélicos, valoró como su "mayor fallo moral". Eso sí, los coqueteos con las drogas terminaron cuando entró en la universidad, asegura. En esta época estaba "obsesionado conmigo mismo", indica a modo de justificación, mientras intentaba reconciliar su percepción social del racismo y lo que significaba ser un afroamericano con su herencia multirracial, que le convertía en un negro mestizo, un mulato en realidad.
En 1981 se matriculó en el Columbia College de la Universidad homónima de Nueva York, donde cursó una diplomatura en Ciencias Políticas que orientó a las Relaciones Internacionales. En mayo de 1983 obtuvo el título de Bachelor in Arts e inmediatamente después le salió un trabajo en la consultora comercial Business International Corporation, en cuyo servicio de publicaciones editó el boletín Financing Foreign Operations y redactó artículos para el semanario Business International Money Report. En 1984 pasó al New York Public Interest Research Group, una organización no partidista y no lucrativa dirigida por estudiantes y dedicada a la implementación de políticas reformistas con repercusión en la ciudadanía así como a la formación de educadores y lobbystas sociales. Durante otro año, Obama trabajó como coordinador de su ONG en el City College de la Universidad de Nueva York, en Harlem.
Esta experiencia, y seguramente también la inspiración de su madre, que en esos momentos combinaba la preparación académica con el trabajo de campo al lado de la población rural indonesia en la lejana Java, le animó a implicarse más a fondo en su vocación de servicio público y el voluntariado social. La oportunidad se le planteó en 1985, cuando respondió a un anuncio publicado en el diario The New York Times por el activista Gerald Kellman, responsable de la ONG Proyecto Desarrollar Comunidades (DCP), que buscaba a alguien que se ocupara de trabajar con los negros pobres de Roseland, un deprimido distrito proletario del sur de Chicago, urbe que vivía un período de graves tensiones interraciales azuzadas por una traumática reconversión industrial. Entonces, por primera vez en la historia de la ciudad, ostentaba la alcaldía un negro, Harold Washington, convertido en uno de los principales referentes políticos de Obama.
Contratado con un salario de 10.000 dólares al año e instalado en un pequeño despacho parroquial, desde junio de 1985 Obama dirigió un equipo humano de la DCP cuya misión consistía en promover una infraestructura de solidaridad social, con talleres de formación ocupacional, tutorías escolares y servicios de apoyo a inquilinos de pisos de alquiler, en las barriadas populares de Roseland y distritos adyacentes.
La DCP trabajaba codo con codo con las iglesias parroquiales católicas y protestantes, ya que partía de las mismas para tejer su red social, y Obama entabló una estrecha relación con el reverendo Jeremiah Wright, líder de la iglesia congregacionista Trinity United Church of Christ (TUCC), cuya feligresía era predominantemente afroamericana, famoso localmente por sus vehementes sermones antirracistas, rayanos en el chovinismo negro. Obama se unió a la TUCC y tomó a Wright como su pastor y mentor. En tanto que desarrollador de comunidades, el veinteañero sacó a relucir una capacidad para aleccionar y movilizar grupos de ciudadanos, dotes que aplicó particularmente en una campaña popular que exigía a las autoridades la retirada de elementos con amianto contaminante de los edificios del polígono de vivienda protegida Altgeld Gardens.
Las inquietudes políticas de Obama empezaron a aflorar en esta época, al tomar conciencia de que la acción social a pie de calle se quedaba muy corta si lo que se perseguía era propiciar reformas y cambios a una mayor escala territorial; la clave estaba en la legislación, su elaboración y su ejecución. En mayo de 1988 puso término a sus actividades en la DCP y retomó su formación universitaria en las aulas de la Harvard Law School de Cambridge, Massachusetts, fijándose el objetivo de obtener una titulación en Derecho.
En 1988 realizó también un viaje de dos meses por Europa y Kenya, la patria de sus ascendientes, donde conoció a muchos de sus familiares paternos por vez primera. No era el caso del mayor de sus hermanastros, Abongo Roy, también llamado Malik, primogénito del primer matrimonio del padre, al que ya había conocido tres años atrás en un encuentro en Washington, donde éste realizaba un trabajo de consultor. De la parentela kenyana, Abongo, convencido musulmán y militante de la causa negra, fue el deudo que más estrecha relación estableció con Obama, vínculo que se prolonga hasta nuestros días.
En el verano de 1989, mientras realizaba unas prácticas legales en una firma de abogados de Chicago aprovechando las vacaciones universitarias, Obama conoció y entabló una relación sentimental con Michelle Robinson, nativa de la capital de Illinois, de raza negra y recién licenciada en Jurisprudencia por la Harvard Law School, a la que el bufete había asignado el cometido de asesorar al estudiante en prácticas tres años mayor. Una de las mejores amigas de Robinson era Sanita Jackson, hija del conocido ministro baptista y activista pro derechos civiles, así como dos veces precandidato presidencial del Partido Demócrata, Jesse Jackson.
La pareja se comprometió en 1991, el año en que él culminó sus estudios en Harvard y obtuvo el título de Juris Doctor, el mismo que ella poseía, más la distinción magna cum laude, y en octubre de 1992 contrajo una boda religiosa que fue oficiada por el reverendo Wright en la TUCC. El matrimonio iba a tener dos hijas, Malia Ann y Natasha (Sasha), nacidas en 1998 y 2001.
Instalado con su esposa en Chicago, en el barrio de Hyde Park, en cuyo perfil demográfico abundaban los profesionales liberales de clase media, Obama emprendió una carrera profesional que trianguló entre la abogacía, el mundo académico y el activismo político, por el momento apartado de la militancia partidista. Tres puertas que encontró abiertas de par en par gracias a la notoriedad que en círculos de abogados bien conectados con el establishment político le había granjeado su labor de editor jefe, en el último año de carrera, de la revista Harvard Law Review, donde causó sensación por tratarse del primer negro que desempeñaba el cargo en los 103 años de historia de la prestigiosa publicación.
Entre abril y octubre de 1992 dirigió el Illinois' Project Vote, una campaña de concienciación política dirigida a los miembros de la comunidad afroamericana del estado habitualmente ausentes de los comicios porque no se molestaban en inscribirse en los censos electorales. El proyecto de Obama consiguió que decenas de miles de potenciales votantes adquirieran la condición de electores y luego acudieran a las urnas, novedad que al parecer resultó decisiva para la conversión de Carol Moseley Braun, candidata del Partido Demócrata, en la primera mujer de raza negra en acceder al Senado de Estados Unidos. Ese mismo año participó en la puesta en marcha en Washington de Public Allies, una ONG dedicada a impulsar el liderazgo social entre los jóvenes. Obama figuró en la primera junta directiva de Public Allies y se dio de baja a principios de 1993, cuando su esposa fue nombrada directora ejecutiva de la organización en Chicago.
En 1993, mientras iniciaba su andadura la Administración federal demócrata de Bill Clinton, Obama empezó a dar clases de Derecho Constitucional a tiempo parcial en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chicago. Fuera de las aulas se asoció al bufete de abogados Davis, Miner, Barnhill & Galland, especializado en pleitos relacionados con los derechos civiles de los ciudadanos de color. Uno de los miembros, Judson Miner, antiguo colaborador del alcalde Washington, conocía a Obama desde 1991, cuando todavía estudiaba en la Escuela de Derecho. Ya entonces, Miner ofreció al prometedor alumno de final de carrera un puesto en su bufete, y en los años siguientes le hizo poco menos que de relaciones públicas, dándole a conocer en importantes círculos de influencia en Illinois.
En 1993 también, Obama ingresó en el consejo rector del Woods Fund of Chicago, una fundación privada dedicada a las actividades caritativas. En 1994 extendió su compromiso a la Joyce Foundation, entidad que sufragaba varios programas de dimensión social y que se mostraba particularmente activa en la protección medioambiental de los Grandes Lagos y el control de la tenencia de armas de fuego para reducir la violencia en las calles. En 1995 se convirtió en el primer presidente de la junta directiva del Chicago Annenberg Challenge, un proyecto de reforma educativa financiado por el magnate y filántropo Walter Annenberg, y que involucró a la mitad de las escuelas públicas de Chicago.
2. Carrera política como senador demócrata en Illinois y Washington D. C.
Para 1995, Obama, con 34 años, ya se había hecho un hueco en los cenáculos del establishment liberal de Chicago, a la vez que mantenía una amplia agenda de contactos en los movimientos sociales de base. Tenía abundantes amistades y algunos valiosos mentores, como el juez y ex congresista federal Abner Mikva y el senador estatal Emil Jones, los cuales venían siguiendo sus pasos y dispensándole útiles consejos. Había llegado el momento de plasmar sus ambiciones políticas reformistas, que pasaban por la obtención de un cargo público de elección popular. El vehículo escogido fue, con toda lógica, ya que desde su licenciatura venía codeándose con algunos de sus máximos dirigentes en el estado, el Partido Demócrata.
En septiembre de 1995, gozando de los parabienes de Alice Palmer, que abandonaba el escaño para optar a un asiento en la Cámara de Representantes del Congreso de Washington, y el veterano e influyente Jones, Obama lanzó su postulación a senador estatal por el distrito 13º de Illinois, que incluía Hyde Park. El abogado fue lo suficientemente firme en su ambición como para negarse a devolver la candidatura a Palmer cuando ésta fracasó en su aventura federal y reclamó la retirada de su delfín designado, y a continuación frustrar su intento, compartido por otros tres rivales, de forzar la convocatoria de un proceso de primarias demócratas para que los afiliados nominaran al candidato a senador por el distrito. Así las cosas, Obama llegó sin contrincantes correligionarios a la elección del 5 de noviembre de 1996 y con un avasallador 82,2% de los votos derrotó a sus adversarios del Partido Republicano y el llamado Partido de Harold Washington (montado por seguidores del fallecido alcalde), llevándose el asiento en la Cámara alta de la Asamblea General de Illinois.
El 8 de enero de 1997 Obama estrenó su mandato legislativo estatal, que renovó con facilidad en la siguiente cita electoral, el 3 de noviembre de 1998, próxima en el tiempo por tratarse ésta de una legislatura corta, de dos años, a la que seguían dos legislaturas largas de cuatro años cada una. En esta ocasión, el senador alcanzó el 89,2% de los sufragios, prolongando su mandato hasta 2003. Sin embargo, sus horizontes políticos tenían un alcance federal, así que el 21 de marzo de 2000 compitió en las primarias demócratas para la nominación del candidato del partido al distrito 1º de Illinois en la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos. El senador estatal se vio las caras con el congresista en ejercicio desde 1993, Bobby Rush, antiguo líder local de los Panteras Negras, y salió contundentemente derrotado con el 30,4% de los votos.
Tras esta tentativa fallida, Obama se afanó en mejorar las relaciones con los políticos negros y los dirigentes de las iglesias que habían apoyado a Rush, y que desconfiaban de él porque su mestizaje racial y sus maneras universitarias no le convertían, a sus ojos, en un buen ejemplo de tribuno afroamericano. En los comicios estatales del 8 de noviembre de 2002 recibió en bandeja la reelección automática de manos de los republicanos, toda vez que éstos, conscientes de sus nulas posibilidades en tan potente bastión demócrata, no presentaron candidato. En consecuencia, el 4 de noviembre de 2003 el abogado inauguró su tercer mandato consecutivo en el Legislativo de Springfield.
Desde el cargo de presidente del Comité de Salud y Servicios Humanos, Obama aprovechó la mayoría legislativa recobrada por su partido para elaborar, someter a debate y sacar adelante más legislación relacionada con la protección social de los ciudadanos del estado. Asimismo, participó en la adopción de normas centradas en el control de la actuación policial en los interrogatorios en las comisarías y la persecución en caliente de presuntos infractores de la ley.
Con todo, su ambición de introducirse en la alta política federal permanecía intacta. El 2 de octubre de 2002 el senador, por primera vez, proyectó su nombre más allá de los límites de Illinois y se dio a conocer a nivel nacional merced a un discurso pronunciado en el centro de Chicago con motivo de un acto pacifista en el que criticó duramente los planes de la Administración republicana de George Bush de invadir Irak con el pretexto de las supuestas armas de destrucción masiva.
Yendo a contracorriente del sentir mayoritario de los estadounidenses, incluyendo muchos demócratas, y sintonizando con las opiniones predominantes en el extranjero, el orador se declaró contrario a la "estúpida" y "precipitada" guerra en ciernes porque el régimen de Saddam Hussein, aun teniendo una naturaleza criminal, no suponía en ese momento una amenaza para la seguridad de Estados Unidos y el resto del mundo.
Como si se dirigiera a un auditorio nacional y no local, Obama arremetió contra los "cínicos intentos" del núcleo neoconservador de la Casa Blanca de "hacernos tragar sus agendas ideológicas sin reparar en el coste de vidas" y contra una estrategia energética que sólo servía a los "intereses de la Exxon y la Mobil". También, destacó los peligros de una ocupación militar "de duración incierta, precio incierto e inciertas consecuencias", atreviéndose a profetizar que la aventura bélica iba a "avivar las llamas de Oriente Próximo y estimular lo peor, más que lo mejor, del mundo árabe, así como fortalecer el aparato de reclutamiento de Al Qaeda".
Tan notable discurso, que suscitaría paralelismos con los furibundos sermones antibelicistas del pastor Wright si no fuera por la ausencia de carga religiosa y la articulación política del mensaje, permitió a Obama mejorar su decolorada imagen entre el electorado negro más militante de Illinois e indujo a algunos observadores a etiquetarlo como un demócrata del ala izquierda. Con los patrocinios de Wright, Jones y Jesse Jackson, y con la asistencia técnica del consultor político David Axelrod, el asambleísta lanzó su precandidatura al Senado de Estados Unidos el 21 de enero de 2003.
La llegada a la bancada legislativa del Capitolio fue para Obama una competición básicamente interna, ya que primero hubo de medirse nada menos que con seis rivales del partido, el más potente de los cuales era el empresario blanco Blair Hull, quien compensó su inexperiencia política con una agresiva campaña de propaganda pagada de su bolsillo antes de ver arruinadas sus posibilidades por un escándalo de presuntos malos tratos conyugales. El 16 de marzo de 2004, Obama, pulverizando todos los sondeos, se deshizo de sus émulos con el 52,8% de los votos y ganó la proclamación.
Superado el primer obstáculo, el candidato demócrata se encontró con que su contrincante republicano, Jack Ryan, arrojaba la toalla tras airearse sus infidelidades conyugales en un proceso de divorcio y que el sustituto de éste, Alan Keyes, era un negro de Maryland sin ninguna base popular en Illinois. Convertirse en el máximo favorito para el puesto senatorial que en la legislatura saliente ocupaba el republicano Peter Fitzgerald (quien había declinado presentarse a la reelección) le hizo a Obama merecedor del codiciado rol de orador inaugural de la Convención Nacional Demócrata, celebrada en Boston del 26 al 29 de julio y que proclamó oficialmente la candidatura de John Kerry, senador por Massachusetts, a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de noviembre.
En el keynote address que escribió y pronunció, Obama, convertido por unos minutos en la figura política más mediática del país, cautivó a la audiencia con una introducción familiar y personal de la que destacó el componente interracial como acicate del tran traído y llevado sueño americano, seguida de una loa de los valores de la nación estadounidense y una crítica a las políticas económicas y sociales de la Administración republicana, y rematada con invocaciones a la unidad y la esperanza, elementos todos ellos que, proclamó, Kerry encarnaba perfectamente.
Su campaña al Senado federal fue como un paseo militar para Obama, que el 2 de noviembre, mientras Kerry perdía su envite frente a Bush y el Partido Demócrata veía magnificarse su minoría en el Congreso, conquistó el escaño con el 70% de los votos. Convertido en congresista electo, cesó como legislador en Springfield y puso término también a una década larga como profesor universitario y abogado en Chicago. El 4 de enero de 2005 Obama principió su carrera política en Washington como el quinto senador afroamericano en la historia de la Unión y el tercero surgido de una elección popular.
Como miembro de la minoría demócrata del Senado, devenida ligera mayoría tras las elecciones congresuales parciales del 7 de noviembre de 2006 (que afectaron a un tercio de la Cámara alta con exclusión del escaño del representante junior de Illinois, siendo el senador senior, o de más antigüedad, del estado el también demócrata Dick Durbin), Obama consolidó su reputación de legislador de tendencias fuertemente liberales -entendidas en este contexto como progresistas- al participar en la elaboración y promoción de proyectos y enmiendas legislativos relativos a la transparencia en la gestión gubernamental y el manejo de fondos federales, la reducción de armas convencionales y los beneficios sociales para los soldados con lesiones de combate.
En enero de 2007, consistente con su postura muy crítica con la invasión y la ocupación de Irak, y a rebufo del anuncio por Bush del incremento del contingente expedicionario para ganarle la batalla a la insurgencia y el terrorismo (el llamado surge), el senador presentó la Iraq War De-Escalation Act, propuesta legislativa nunca debatida que de haber sido aprobada habría supuesto una retirada escalonada del país árabe de todas las tropas de combate con compleción en marzo de 2008.
Ahora bien, por otro lado, Obama no tuvo inconvenientes en votar a favor, discrepando con una parte de sus compañeros de bancada, de leyes defendidas por el Ejecutivo republicano y rodeadas de controversia, como la Energy Policy Act de 2005, que modificó la política energética del país al otorgar facilidades fiscales y crediticias a las empresas que invirtieran en el desarrollo de "energías innovadoras" para frenar las emisiones de efecto invernadero ligadas a los combustibles fósiles, y la Secure Fence Act de 2006, que autorizó la construcción de un muro reforzado con vigilancia electrónica en tramos de las fronteras de Texas y California con México para entorpecer la inmigración ilegal y el narcotráfico. Asimismo, en 2007 fue copatrocinador de la Iran Sanctions Enabling Act, que endurecía las sanciones contra Irán, cuyo Gobierno era acusado de estar desarrollando un programa nuclear para usos militares, al poner trabas a las inversiones de compañías nacionales en el sector energético iraní.
En su mandato legislativo, Obama fue miembro de los comités senatoriales de Relaciones Exteriores, Medio Ambiente y Obras Públicas, Asuntos de los Veteranos, Salud, Educación, Trabajo y Pensiones, y Seguridad Doméstica y Asuntos Gubernamentales. Dentro del primer Comité presidió el subcomité de Asuntos Europeos, y como miembro del mismo realizó varios viajes oficiales a Oriente Próximo, Europa Oriental y África.
3. La aspiración presidencial: Clinton, McCain y el mensaje del cambio
(Epígrafe en elaboración)
(Cobertura informativa hasta 5/11/2008)
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Otra biografía de interés en http://es.wikipedia.org/Barack_Obama