La vía aérea

Le Corbusier
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Nadie se asombrara ante la importancia dada a las primeras manifestaciones de los aviones que inauguraron las vias aereas. Y es que estas manifestaciones, vistas por un espectador apasionado de la epoca deben estimarse como un testimonio de la dificultad en salir adelante, no solo en la aviacion, sino en todo descubrimiento destinado a revolucionar el mundo.
Por otra parte, el avion, como se veia posteriormente no solo ha creado una via aerea, sino que desde las alturas de esta nueva ruta, ha permitido que, por primera vez, el urbanismo toma conciencia de la urgencia y de la inmensidad de su tarea, mostrando las llagas ocultas y monstruosas de sus ciudades y dando tambien una nueva dimension de las cosas y de sus posibilidades de esplendor. El avion nos ha dotado de la vista de pajaro.

Los pioneros en el aire
Una tarde de la primavera de 1909, desde mi buhardilla de estudiante en el muelle de Laiut-Michel de Paris, vi un ruido que, por primera vez, llenaba todo el ciclo de al ciudad. Anteriormente, los hombres no habian oido mas que la voz poderosa del Trueno por mi tragaluz, estiraba el cuello buscando el desconocido ruido. El conde Lambert, despues de conseguir despegar en Juvisy, volaba sobre Paris a 300 metros de altura sobre al torre Eiffel.
Era prodigioso. Nuestros ensueños, por temerarios que fueran, podian, pues hacerse reales. Aquel dia, en Paris, hubo un gran alborozo. En aquella primavera de 1909, los hombres capturaron la quimera y la llenaron sobre la ciudad. Desde hacia varios años, algunos locos esporadicos como Santos-Dumont, los hermanos Wright, Voisin, Latham, Farman, etc... mis recuerdos carecen de precision historica -se obstinaban en una empresa sobrehumana, entre composicion de alfalda. Nadie sabia quienes eran aquellos testarudos perdidos en las llanas campiñas ni que lugar del horizonte ocupaban aquellos hombres que permanecieron tristemente, en tierra, con sus golondrinas de madera y tela. Todos los dias el sol, trazaba impasible su gran carrera de extremo a extremo del cielo, deslumbrandoles desde el cenit. A la mañana siguiente, aquellos obstinados volvian.................... para quedarse en el suelo.
La ciudad permanecia indiferente, eran los tiempos alegres del Paris, de la carretera surcada por tranquilos coches. ¡Arre! "gritaban los cocheros con sus sombreros de copa de carton pintado de blanco brillante en verano. Los pocos taxis que existian, con sus motores de dos tiempos, pasaban ruidosamente por la calzada y ya nos impresionaban ruidosamente por la calzada y ya nos impresionaban un poco; eran los primeros instrumentos de muerte que aparecian en la ciudad. Los autobuses eran calificados de bolidos y se los miraba a hurtadillas.
Sin embargo, se hablaba del acontecimiento, la opinion se interesaba por el. Un dia, los hombres que trabajaban en el invento jugaron que habia llegado el momento de mostrarlo al publico, se organizo el Meeting de Juvisy. Los Latham, los Voisin y quiza los Wright anunciaban que, a las dos de la tarde del domingo volarian. El cielo estaba azul, era primavera. Habia que ir a ver el espectaculo. Fuimos 300000 personas. Los ferrocarriles no habian prevista la aglomeracion. Ello demuestra, una vez mas, que de las 9 de la mañana, los trenes se vieron atestados. El jefe de estacion estaba azul, los parisienses salian al campo. Entonces añadio vagones suplementarios, formo trenes dobles. Pero eramos 300000 y no era suficiente. Todo fue muy mal. Yo tome el tren hacia el mediodia. Juvisy esta a 15 km de Paris, pero no conseguimos llegar hasta las 7 de la tarde. Entre tanto, nos distraiamos. A lo largo del recorrido, acampados como monedas, pasaban los trenes de regreso a nosotros, concienzudamente, les lanzabamos piedras. En nuestro propio tren habiamos roto todo cuanto podia romperse. Los trenes siguientes, que se habian organizado a toda prisa, se estacionaban detras de nosotros y se inspiraban en nuestros metodos. Tambien derribamos los postes de señalizacion. Tal vez, todo ello era un ataque simbolico de los neofitos del aire contra la negra tirania del rail o quiza la manifestacion inconsciente de la fuerzas optimistas de un pais ante la desorganizacion que cierra sistematicamente los caminos. Acaso era tambien anarquia.
Hacia las 4 de la tarde, las autoridades de los suburbios del recorrido movilizaron a sus bomberos para intimidarnos. Por fin, llegamos a Javisy cuando ya era de noche. El sabotaje nos habia dado apetito y nos lanzamos fuera de la estacion para comer algo. Pero nos aguardaba la sorpresa de ver las puertas de la estacion cerradas y vigiladas por soldados con bayoneta calada. Idiotas -nos dijeron los soldados-. Hay 300000 personas que quieren volver. Apresuraos a subir de nuevo al tren, si no quereis pasar la noche en los andenes de la estacion.
Entonces hubo una bella manifestacion de compenetracion humana, de solidaridad, de espiritu colectivo. Nuestro tren no partia y otros trenes iban llegando en la coche, repleto de candidatos o espectadores del Meeting de la Aviacion. Entre todos empezamos a destrozar la estacion, sus salas de espera, luego las aficiones y el despacho del jefe de estacion que todavia recuerda con sus muebles volcados y sus innumerables hilos electricos como enredados o villas. Un señor con temperamento de acero lanzaba su bastin, como una jabalina, contra los espejos, metodicamente.
A las once, regresamos a Paris. Los restaurantes habian cerrado y tuvimos que acostarnos en ayunas. Grandes cosas debian estar fraguandose para turbar hasta tal punto una tranquila jornada de domingo.
Todo se acelero prodigiosamente. Los periodicos anunciaban que Voisin habia conseguido despegar, que Latam habia volado, etc...
Una bonita tarde azul, Auguste Perret, en cuya oficina trabajaba yo, entro como una tromba handiendo un Intransigeant todavia humedo de tinta. Las guerras han terminado, ya no puede haber mas guerras, ya no existiran las fronteras. Los 30 años que han seguido a aquel momento han contradicho al profeta. Pero ¿quien sabemos? Esperemos.
Se habia conseguido. El hombre, mas pesado que el aire, con su maquina todavia mas pesada, habia volado. Esto sucedia antes de la I Guerra Mundial. No habia ningun objetivo concreto. Nadie pensaba en que el avion sirviera para algo algun dia, ni que se convirtiera en el signo de los tiempos modernos. Hay que retrasar toda reflexion y basarse en el techo esencial y fundamental de que los grandes descubrimientos son desinteresados pues sus consecuencias son imprevisibles. El inventor, el creador persigue una quimera espiritual y puede suceder que la encuentre fortuitamente en un cruce del camino. Siempre dijo que debemos mantenernos en estado de vigilancia durante toda la vida, en cada minuto, para descubrir el milagro que existe en las cosas. Parece que este es tambien una frase de Pascal hablando a los cristianos. Ella demuestra su valor en cualquier dominio.
Llego la I Guerra Mundial, cuando el hombre ya empezaba a dominar al vista de pajaro. Era una ventaja observar, desde las alturas, los ejercitos contrarios y poder salir bajo el negro cuanto protector de la noche, para ir a sembrar la muerte bombardeando las ciudades dormidas. Y representaba una ventaja tambien poder acercarse a los hombres de las trincheras y escupir la muerte con las ametralladoras.
La guerra constituyo una prodigiosa palanca para la aviacion. Por encargo del Estado, por orden de las autoridades y a un ritmo acelerado, se abrieron las puertas a los investigadores. Triunfaron, consiguieron su fin e hicieron brillantes progresos. Para juntar y destruir, las autoridades estaban plenamente convencidas.
Si no hubiera surgido la guerra, la aviacion todavia estaria gestandose en pequeños talleres de mecanica y en campos de alfalfa. Y en los parlamentos se diria que el pais tiene otras cosas en que ocuparse para prestar atencion a aparatos equivocos que pretenden envenenar el hermoso cielo de la Isla de Francia, el hermoso cielo de Paris, el cielo de la patria, tan puro y virginal, etc... " (Hace 80 años, Thiers, hombre inteligente que presidia el Parlamento declaro que los diputados debian prestar atencion a otro tipo de cuestiones mas serias y no a algunos iluminados que tenian la extraña pretension de unir una ciudad a otra por medio de un ferrocarril -si señores- una via ferrea).
La guerra fue el laboratorio infernal donde la aviacion se hizo adulta, de una manera exacta e impecable.
La guerra creo una dinastia de aviadores para quienes la temeridad, la valentia, desaforada y el desprecio a la muerte constituian su alimento cotidiano. Eran los llamados ases. Llegó la paz y no habia, nada que destruir. La aviacion quedo sin empleo. Las fabricas dejaron de construir aviones y empezaron a fabricar automoviles. Durante 115 años tuve un coche que llevaba sobre el capot de un emblema de alas desplegadas y estas palabras paradojicas, llenas de oculta ternura: " Avions Voisin". Icaro, a quien se habian cortado las alas se coloco cuatro ruedas. Conviene recordar que cuando llego la paz, el avion fue abandonado, dejado de lado, inutil e inutilizable. Y cuando unos cuantos locos (porque siempre se les llama locos), empezaron a decir y a escribir que el avion, se convertiria en un medio de transporte corriente, etc.... Se penso que empezabba ya de nuevo, las divagaciones.
Pero hubo hombres obstinados. Se crearon lineas comerciales, aun sin las simpatias de las autoridades. Durante años, se hicieron vuelos comerciales de capital a capital, sin balizamiento, sin aeropuertos intermedios, sin proteccion alguna, de una manera temeraria. El publico se mostraba completamente indiferente, no comprendia que todo aquello, le serviria un dia. Esto es historia contemporanea, hermoso presente. Por que nos esforcemos, siempre se nos llamara locos, autopistas, etc....
Asi va el mundo. Sin embargo son los locos quienes hacen avanzar el mundo y su progreso, siglo tras siglo, agarandolo por la punta de los pelos.
Un dia en Amsterdam, lugar de cruce de grandes lineas, fui invitado al puesto de vigilancia del comandante del aeropuerto. Vi una estacion en pleno trafico. Vi como llegaba el avion de Paris, el de Londres, el de Zurich, el de Berlin, y uno de Suecia. Se posaban a la entrada de la estacion descargaban viajeros, equipajes, correo y luego tomaban su posicion de despegue. A una señal, una luz, un color, los aviones partian de nuevo, pero otros llegaban.
Una noche, en Paris, un telegrama anuncio que Lindbergh sobrevolaba Francia y que, a una hora fija, en plena oscuridad, llegaria a Le Bourget. La gente de Paris, se dirigio desde todas partes, a recibir al hombre fantastico. Hubo grandes ovaciones y alegria. Y es que la masa no necesita ni techos ni razonamientos ni calculos ni propuestas, sino demostraciones sensacionales, simbolicas de lo que ello toma por tales. Entonces se entusiasman.
Lindbergh y su gato, que habian salido de un cine de America a medianoche y llegaban a Paris, constituian un gran espectaculo. La gente decia: ¡Que tierna aventura!
Pero prefiero la travesia de Caste. Creo que aquella si fue una hermosa aventura. Diendonne Caste decidio atravesar el Atlantico saliendo de Paris. En esta direccion los vientos son mucho mas hostiles.
Preparo su viaje, puso a punto su avion y trazo su ruta cuidadosamente sobre el plano. Ademas, todos los dias, durante meses, estudio la meteorologia, del trayecto, sobre todo los vientos que, en esta ruta, han causado la muerte ha muchos temerarios. Y Caste no deseaba morir, sino atravesar el Atlantico. Pasaba noches y noches en vela, analizando los problemas meteorologicos de todos los puntos de la travesia. Y siempre llegaba el alba, el momento de acostarse. Los vientos todavia no eran favorables. Pasaron semanas, meses y el publico, los amigos, los rivales, todo el mundo empezaba a preguntarse si partiria o no Caste debia dominar sus nervios, susceptibilidades, su vanidad, su orgullo, y por la noche, esperar la hora propia, la unica admisible, la del exito y que no la de la muerte. De pronto decidio partir.
El avion despego y aterrizo en Nueva York, que le recibio calurosamente, ha acogido clamorosa y el viaje un exito. Una hermosa aventura.
Viva hermosa, aventura es querer alcanzar un objetivo, prepararlo todo concienzudamente y esperar el momento preciso. Querer realizar lo que se ha decidido, querer triunfar, llegar, llegar a la hora prevista, al lugar fijado, tranquilo y sonriente, vendedor y no vencido. Los verdaderos heroes son siempre dueños de si mismos, clarividentes. No van cubiertos de heridas ni desgarrados, llenos de sangre. Los dioses sonrien. En todo ello reside la fuerza de caracter. Tambien Mermoz es de este tipo de personas. Un hombre que contra todo, contra las mezquindades y hostilidades ha creado la linea aerea Francia-America del Sur. Su equipaje esta lleno de metas contra los elementos y los acontecimientos, pero su vida es serena y tranquila.
Asi debe ser para nosotros, nosotros que tambien deseamos cambiar algo en el mundo actual. Saint-Exupery es tambien digno compañero de esos heroes tan serenos.

La vida aerea
Me gusta el avion. Le debemos revelaciones de todo tipo. Cuando hay niebla tenemos la sensacion inedita de ser un punto fija en una masa de marmol. Al estar sentado en el avion solo existe una referencia, la extremidad del ala. Un ala inmovil, quieta entre materias inertes. Si no se diera el contorno del motor, nos creeriamos encallados en un banco de hielo. Sin embargo, sabemos que avanzamos a 350 km/hora. Despues de esta distancia en la inalcanzable, un impulso y el avion asciende, atraviesa las nubes, se coloca por encima de ellas. Estamos a 5000 metros y el cielo tiene un color verde estratosferico. El sol calienta en pleno invierno, un sol desconocido para los hombres que se han quedado en el suelo. En el infinito todo es como una escultura de marmol blanco, las sombras limpias, las torres, los abismos son rotundos y perfectos. En la extremidad de esas blancas extensiones infinitas, aparece, por encima, una gran bola negra. En el interior de la carlinga se enciende un testero, luminoso: "Abrochense los cinturones". El avion desciende, choca con un obstaculo, lo penetra, lo atraviesa: rayos y relampagos, truenos, fuego y agua torrencial, las alas relucen mojadas, es de noche. Hacemos parada, no nos hemos desviado del camino, hemos atravesado la tormenta........ Puntualmente nos encontramos en la adunaa. Hemos llegado a tierra, a pesar de los elementos desencadenados. No hay nada certero en torno a la precision de las formas de la aviacion. Se realizan enormes las formas de la aviacion. Se realizan enormes progresos y cualquier nueva invencion tecnica puede transformar los presupuestos actuales. Tal vez, un dia, los aviones se eleven verticalmente, tal vez, cesen al actuar como toros furiosos embistiendo el cesped de los aeropuertos. La aviacion forma parte del cuarto sector del urbanismo que, todavia no puede contar totalmente con ella para sus proyectos.
La aviacion necesita estaciones para sus servicios publicos. Estos se hallan organizados con un rigor que nadie hubiera imaginado cuando el armisticio de 1918. Es realmente asombroso el espectaculo de estos centros de comunicacion mundial, los aeropuertos de Amsterdam, le Bourget o Rio. Los estadounidenses estan terminando la instalacion de su nueva estacion aerea que asegurara diariamente el servicio desconocido.
Desde hace 20 años, todo mi esfuerzo se ha orientado a pertenecer rigurosamente al momento presente y nunca al mañana, que desconozco. "La Vida Futura", las Metropolis me molestan profundamente, sea por su escaso contacto con el presente, sea por el desbordamiento de sus hipotesis. nos arrastras hacia esos futurismos en los que, de hecho, mañana equivale a nunca. El momento presente basta. Construyamos con las manos llenas de realidades actuales.
Hasta ahora he tenido dos estimulantes visiones de la posible grandeza de la via aerea. Una en 1929, al imaginar el lugar ideal para el aeropuerto de Buenos Aires, Alemania-Buenos Aires, y Nueva York-Buenos Aires. Los aviones transatlanticos llegaban y partian a todas horas, aviones normales e hidroaviones. Era tambien apasionante hacer el croquis de esa magnifica organizacion. Un ingeniero tuvo la idea. Unos planes de urbanismo, que no parecian aportar las soluciones mas adecuadas a los problemas modernos, habian prevista la construccion de un Capitolio. El Capitolio no se edificio, los brasileños no sabian bien para que iba a servirles. El ingeniero escogio el mismo lugar para el aeropuerto.
Los valores jerarquicos se afirmaron dignamente. El triunfo de las alas merecia la perdida de un Capitolio y no el exilio a los sordidos suburbios de Croydon o Le Bourget. En Rio, los aviones bajan del cielo frente a la ciudad misma.
En 1929, en Buenos Aires, y buscando ante un publico la situacion correcta de las cuatro rutas, pense en geografia y mundo. De este pensamiento y de las lienas que la expresaban, extraje el lugar de su fatidico cruce. En su lugar preciso, estas lineas cumplirian su cometido lugar preciso, estas lineas simplificarian su cometido. Dibuje el Atlantico y los barcos procedentes de Europa, la Cordillera de los Andes -barrera sobre el Pacifico-, las mesetas, la Pampa y el lugar en la tierra es cortada por el agua. Aviones en el cielo, barcos en el mar, miles a traves de los ampos y las mismas carreteras que sirvieron durante la colonizacion. Las curvas se cruzaban en una zona precisa de America, en Buenos Aires, y alli, su paso fijaba los propios destinos de la futura urbanizacion de la ciudad.
Despues de las risas ironicas y del encogerse de hombros, que en la perezosa Europa habia provocado mi manera de pensar, llegue hasta el punto que el año pasado, preparado el plan general de Buenos Aires, en colaboracion con dos arquitectos argentinos, ya no insisti siquiera en el asunto del aeropuerto y proyecte una isntalacion prudente, al sur de la ciudad, a orillas del delta.
El embajador de Argentina en Paris, el señor Carcano, se mostro sorprendida ante ello y, con amable autoridad, me indico que no debia tener miedo en situar el aeropuerto en aquel lugar casi designada por los dioses. Por fin, habia un pais que no retrocedia ante ideas audaces.

El avion acusa
Sabiamos que nuestras ciudades eran indignas, despreciadas por la mayoria de quienes las habitaban y que permaneceran indiferentes a la razon, a la sociedad, a la familia y a todo ser sensible.
Lo sabiamos, pero no sospechabamos el alcance de esa suciedad y deshonestidad de la ciudad para con sus habitantes. El avion observo, nos informó y acuso.
Ahora tenemos las pruebas registradas en las fotografias. Hay que salvar las ciudades cueste lo que cueste. Se ha alcanzado un punto insuperable. Hay que liberar a los hombres y a la sociedad de tanto desbarajuste, de tanta tristeza y malestar.
Con su mirada de aguila, el avion escrutó la ciudad. Contempla Londres, Paris, Berlin, Nueva York, Argel, Buenos Aires, Sao Paulo. El balance es siniestro. El avion descubre como los hombres construyen ciudades. De este modo, lo mas agradable aquello que envuelve los actos cotidianos de amor de fraternidad y de dolor, la vivienda y la calle sobre la que se asoman las ventanas de las casas, constituye todo un ambiente lugubre mutilado, brutal, sin espiritu ni gracia. En las construcciones no hay ni un asomo de sentimientos nobles, solo la voracidad de los beneficios. uno se cansa de pasear a pie entre la hostil actitud de calles y barrios.
Uno se siente vacio y abrumado. Regresamos a casa y cerramos la puerta de ese recuerdo asfixiante. Millones de hombres y mujeres, niños y ancianos suman a todo ello los dias sin alegria de sus vidas.
El avion escruta, corre, observa con rapidez, no se cansa e incluso, se sumerge en la cruel realidad. Con su implacable mirada penetra en la miseria de las ciudades y las fotografias para aquellos que no tienen el valor de observar las casas desde las alturas.
Asi son las grandes ciudades que creo un siglo XIX, apresurado, cruel y avido. El avion obliga a una nueva toma de conciencia, a una toma de conciencia moderna. Es preciso levantar a las ciudades de su desgracia, destruir su podredumbre y reconstruir ciudades enteras.
Mostremos otra leccion de urbanismo con la ayuda del avion. Dejé Argel una soleada tarde de invierno y volamos sobre el Atlas hacia las ciudades de Mzab, al Sur, en el tercer desierto.
Mzab es el pais de la sed, y de la muerte. Los mozabistas, hombres perseguidos, proscritos del Islam, hereticos condenados, llegaron un dia a todo el pueblo tan lejos, a territorios tan terriblemente desoladores, que se les dejo en paz. La sed y el hambre acabarian con ellos. Esto ocurrio hace 1000 años.
Construyeron las ciudades del Mzab y los siete oasis, los poblados de invierno y los de verano. Yo conocia una ciudad de verano, una de las de los palmerables, Ghardaia. Estuve en agosto y su temperatura era enloquecedora. Pero, desde los primeros pasos, bajo las datileras y las frondas de albaricoques, granadas y melocotoneros, una senti llena de bienestar y frescor. Era todo un espectaculo agua y vegetacion. Se habia excavado la roca para construir 4000 pozos de 80 a 120 metros de profundidad. Se habian plantado 90000 datileras que proporcionaban el alimento cotidiano. Las casas del oasis habian sido hechas de tierra moldeado a mano y constituidas segun unos planos emocionantes por su eficacia y por su respeto a la sensibilidad. Deberian copiarse estos planos rapidamente y guardarlos en los archivos de las escuelas, antes de la posible decadencia de destruccion de esas ciudades. En varias ocasiones y sin exito alguno me he ocupado de ello.
Por el contrario, la ciudad de invierno, bajo el sol implacable, tenia el aspecto de un verdadero infierno. Solo habia calles estrechas y pendientes, muros sordos, imposibilidad. Pensabamos que el invierno era la estacion de la construccion, de la expresion de letargo......
El amigo que pilotaba el pequeño avion mostro las ciudades, pequeños puntos en el horizonte. Como un gavilan, dio varias vueltas sobre una de ellas, moviendose en una espiral cada vez mas cerrado. Despues descendio a ras de los techos, volvio de nuevo a la espiral y otra vez a las alturas, se alejo.
De este modo, pude descubrir el sentido de las ciudades del Mzab. El avion nos lo mostro todo y de ello extraje una profunda leccion.
Tras las ciegas murallas de las calles, las alegres casas se abrian. Cada una de ellas, a un delicioso jardin, mediante tres amplios arcos. Toda la ciudad, bajo las arcadas, contemplaba como el avion centraba su espiral, y nos hacian signos de asombrada alegria, cuando bajamos a ras de los techos, como un tornado. Cada casa de Mzab, sin excepcion, es un lugar de alegria de vida serena, construida como una verdad sobre la que no puede haber transgresion. Esta al servicio del hombre y de su alma. En Mzab no se admite que una familia carezca de su arcada y su jardin. Este es el abismo que separa las creaciones de los hombres del desierto, conjugadas con la Naturaleza y las menciones inhumanas y crueles de la civilizacion blanca, cuya sed de dinero la conduce hacia su crepusculo y muerte, si no se somete a la sagrada regla de la Naturaleza.
Por suerte, pronto debera tenerse en cuenta lo que la vista desde un avion implica de honestidad, grandeza y correccion en el trazado de las ciudades. El avion, al sobrevolar bosques, rios, montañas, y montes nos revela las grandes leyes, los principios simples que regulan los acontecimientos naturales
La dignidad, la fuerza, la conciencia de las cosas, apareceran en el semblante de la ciudad. Sera como un signo del espiritu que proclama una victoria, no una catastrofe. La imagen clara de las ciudades, el plan se expresara en el terreno dentro de un orden absolutamente nuevo. Dejaran de existir las medidas pequeñas, las puertas situadas a diez o quince metro unas de otras, las callejuelas siniestras, malolientes y llenas de bichos. La arquitectura de la ciudad y todas las empresas se animaran bajo una nueva dimension. La era de los grandes trabajos en favor del bien publico se coronara con un exito luminoso. Cada hombre, en su hogar, habia adquirido el derecho normal, la dicha de la intimidad de los dias y el orgullo de la obra colectiva llevada a buen fin.
El avion es el signo de los nuevos tiempos. En lo alto de la piramide de los progresos maquinistas, da paso a tiempos nuevos y se sumerge en ellos con su vuelo rapido.
Los avances maquinistas de 100 años de una apasionada era preparatoria, ciegamente lanzada a los descubrimientos, han hundido las bases de una civilizacion milenaria.
Actualmente nos queda a nosotros la tarea de humanizar la civilizacion maquinista, la era de los nuevos triunfos.
En el cielo, el avión eleva nuestros corazones por encima de las circunstancias ordinarias. El avion nos ha dotado de una vista de pájaro. Cuando la  mirada ve con claridad, el espíritu decide sin vacilaciones.