Entrevista a Denis McQuail

Anna Clua
Entrevista realizada para el Portal de la Comunicación InCom-UAB
por Anna Clua. Octubre, 2006.


Denis McQuail es reconocido internacionalmente por sus teorías en el campo de la comunicación. Su libro Teoría de la Comunicación de Masas ha sido considerado un manual de referencia en el mundo.

Hacen falta nuevas teorías para nuevos tipos de comunicación

Introducción

Denis McQuail es reconocido internacionalmente por su dedicación a la teoría en el campo de la comunicación. Su libro Teoría de la Comunicación de Masas ha sido considerado un manual de referencia en el mundo. En sus últimos trabajos, sin embargo, se constata una mayor preocupación por la vertiente práctica de la investigación. Su extenso conocimiento sobre el funcionamiento, a nivel mundial, del sistema de medios lo ha llevado a replantear su mirada sobre las teorías. Así, McQuail ha pasado de centrar su atención en la influencia que ejercen los medios en la llamada "comunicación de masas" a preguntarse por los cambios operados sobre esta influencia a raíz de la aparición de nuevas formas de comunicación social y a raíz, también, de la nueva estructuración global del sistema mediático.

McQuail es profesor emérito de la Universidad de Amsterdam, donde ha ejercido como catedrático durante veinte años. Actualmente es investigador invitado en la Universidad de Southampton en el Reino Unido (su país natal). McQuail ha sido Cátedra Unesco de Comunicación 2005-2006 por el InCom-UAB. El pasado mes de noviembre hizo una conferencia e impartió un seminario de doctorado en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. La entrevista que aquí presentamos es fruto de una conversación posterior mantenida a raíz de las principales aportaciones de sus intervenciones en Bellaterra. El mejor fruto de esta conversación ha sido no sólo el hecho de dejar abierto un interesante debate intergeneracional sobre el presente de la academia, sino también el hecho de dejar viva constancia (a través de su larga trayectoria) del trabajo y del reto constante que supone producir y transmitir conocimiento sin limitarse a reproducir aquello que viene dado.

1. El lugar del conocimiento teórico en la actualidad

¿Está en crisis el conocimiento teórico?

No creo que lo esté. Eso no quiere decir que la situación de la teoría sea muy satisfactoria, pero no creo que estemos en un momento particularmente difícil. Pienso que una de las dificultades que hay es que las fronteras del campo de investigación, o los problemas, no son fijos. El campo de la comunicación tiene áreas donde se hace mucha teoría, pero tiene otras donde no se hace nada. No hay una única respuesta a esta pregunta, ya que el campo de investigación no es uniforme. Por una parte hay muchas perspectivas teóricas bien útiles y válidas, y no una sola teoría para todo el campo. Por otro lado, no hay una unidad teórica real, ni pienso que habrá nunca. No creo que podamos aspirar, o querer, o esperar una única teoría. Hay, más bien, diferentes enfoques: psicológico, positivista, empírico, hipotético, experimental, construcción de modelos… Todos estos enfoques producirán pequeños fragmentos de teoría, pero nunca podrán explicar por sí mismos el fenómeno de la comunicación mediática, ni tampoco pueden pretender dar una explicación a las estructuras de los medios de comunicación de masas.
Así pues, no diría que haya una "crisis", como tampoco veo ninguna previsión de solución para las carencias que tenemos de teoría. Estas carencias siempre estarán. De hecho, pienso que toda teoría es buena teoría, pero deviene útil a partir del momento que se combina con el trabajo empírico. En algunos casos no tenemos muy buena teoría, es cierto. También es cierto que los trabajos teóricos no son suficientemente reconocidos…

No son bastante reconocidos… ¿dentro del mundo académico?

Dentro la academia o incluso en cuanto a las fuentes de financiación. Los proyectos son financiados mayoritariamente sobre la base de producción de resultados, lo cual puede ser medida en número de publicaciones. Estos trabajos publicados pueden ser de cariz teórico, pero a menudo se trata de los resultados de macro-proyectos empíricos que son financiados y evaluados, y que producen puestos de trabajo remunerado, producen datos, etc. Que conste que eso que digo no es una queja; es, sencillamente, la constatación de un hecho. Por lo tanto, siempre habrá un cierto desequilibrio entre la investigación que genera datos y la teoría que hay detrás. Pero no creo que una cosa sea posible sin la otra. Incluso la más rudimentaria investigación empírica está basada en algún tipo de teoría.

Los estudiantes de comunicación a menudo consideran que la teoría es una asignatura "dura". ¿Cree que las jóvenes generaciones están perdiendo el interés por las teorías?

En parte, creo que el estudio de los medios no atrae precisamente entusiasmo teórico. Eso es así porque el objeto de interés es intrínsecamente práctico, conecta con la vida cotidiana y se expresa más bien en los términos del de día a día. En cierta manera, el estudio de los medios está muy influenciado por los acontecimientos, por las tecnologías, así como por todo aquello que pasa en el mundo real. Todo eso necesita ser teorizado, pero tal vez esta necesidad no resulta tan obvia a los ojos de los estudiantes. De hecho, estoy seguro de que no les resulta nada obvia.

También creo que el problema que tiene la teoría es que nunca es segura. Nadie puede decirte cuál es la correcta. Es bastante frustrante que te digan siempre que hay una teoría alternativa. Cuando aprendes teoría descubres que hay otra que puede funcionar mejor. Es su incertidumbre, creo, aquello que resulta difícil para los estudiantes. Ellos no ven la necesidad de que la teoría los aborrezca, y en cierta manera, probablemente, no pierden el tiempo con ello. No hay nadie que pueda honestamente presentarles un corpus teórico diciendo: "Ésta es la verdad, y ésta es la manera en que la tenéis que aprender". Eso no es como una religión. Ciertamente, no lo tendría que ser.

Si se percibe un interés limitado a la hora de estudiar teoría no se puede decir simplemente: "Bien, tal vez las teorías no valen mucho la pena: es mejor que nos dediquemos a criticarlas". Pero plantear este tema desde una perspectiva que, de entrada, no abata el pensamiento teórico es una de las actividades intelectuales con las qué no todo el mundo quiere implicar-se.

Al explicar teorías en las aulas de la universidad, lo que hacemos a menudo es resumirlas a listas de autores y de obras que se ordenan debajo categorías estáticas…

Éste es otro problema. Los estudiantes necesitan realmente conocer la historia que acompaña las teorías, pero plantearlo históricamente tampoco es la mejor manera de atraer el interés de la gente. Como bien dices, en cierta manera aquello que funciona es la comprensión estática, puntual, de cada teoría. Si te das cuenta que existen diferencias complejas y fundamentales entre la perspectiva mecanicista y la perspectiva interpretativa, entonces puedes llegar en apreciar el hecho de que no hay una única manera de acercarte a las teorías. Aun así, es difícil mantener el interés por la teoría en tanto que tema vivo.

2. La investigación aplicada

Más arriba usted mencionaba la necesidad de relacionar la teoría con el trabajo empírico. Hoy en día parece ser que vivimos en el tiempo de la investigación aplicada… ¿En qué casos la investigación empírica puede llegar a significar la pérdida de la reflexión crítica?

Ésta es una vieja cuestión, un viejo dilema. Existe cierta distancia entre el hecho de recoger datos y tener una visión crítica, pero no entiendo por qué eso puede llegar a ser problemático. A mi parecer, una actitud crítica recibe de buen grado la recolección empírica de datos. A ojos de la investigación empírica investigar no significa "ser crítico", sino actuar de una forma profesional como observador o como recolector de información. En cierta manera, dejas de lado la crítica para conseguir la objetividad científica. Éste es un problema muy viejo: ¿Hasta qué punto la objetividad es compatible con una mirada crítica? Pero no habría de haber ningún conflicto.

El Programa de Comunicación Internacional en el que he estado trabajando es un buen ejemplo. En este programa se ha debatido la diferencia que hay entre aquello que los medios de comunicación dicen sobre el mundo y aquello que, como investigadores sociales, explicamos sobre cómo los medios informan sobre el mundo. Interpretando los datos obtenidos en el trabajo de campo puedes llegar en desenvolver una propuesta crítica. En este caso particular, es bastante evidente que la investigación empírica apoya a la propuesta crítica. Y aquí llegamos al próximo estadio donde nos preguntamos qué hacemos con todo este conocimiento, etc. O sea, hay una secuencia de pensamiento crítico y de trabajo de campo desarrollándose continuamente. Ésta es la forma en que el conocimiento avanza en todas las áreas científicas, y este movimiento no es ajeno a los contextos cambiantes de la sociedad. Por lo tanto, no veo por qué tendría que haber la percepción que la obtención de datos es una actividad irreflexiva. Trabajo de campo y reflexión crítica son inseparables, pese a que es cierto que a menudo se presentan como cosas separadas. La perspectiva crítica no tiene interés en la verdad: la verdad se construye dentro de la perspectiva crítica. Hay razones ideológicas por las que puedes justificar tu postura, pero personalmente no estoy en favor de esgrimirlas.

En uno de los seminarios impartidos durante su visita a la Universitat Autònoma de Barcelona, usted habló de los estudios comparativos. ¿En qué sentido cree que tendríamos que tener en cuenta este tipo de investigación?

Me temo que puedo llegar a ser ambiguo en cuanto a este tema. Puedo argumentar en favor de los estudios comparativos, puedo hacer una causa (veo una causa), los encuentro interesantes, pero se tienen que dar ciertas condiciones para que acontezcan dignos de consideración. De entrada, los casos se tienen que poder comparar, tienen que ser comparables. También tiene que haber alguna razón para compararlos. No creo que la sola y simple comparación sea suficiente (...y aquí volvemos al punto de la reflexión crítica). En el caso particular de los estudios sobre comunicación, la investigación comparativa consiste básicamente en estudios transnacionales. Dentro de estos estudios internacionales a veces se argumenta a favor de la investigación comparativa por sí misma, en vistas en lograr beneficios secundarios como por ejemplo conocer otros lugares, hacer contactos, acaecer más internacional, y ampliar la perspectiva.

Todo eso es válido, pero tal vez la comparación no tiene bastante en cuenta el problema que supone tratar las diferentes unidades comparadas como si fuesen similares. He estado involucrado en varios estudios de investigación comparada. Recuerdo una investigación que fue desarrollada alrededor de algo que parecía ser un objeto compartido. Las diferencias de cultura y de lenguaje que surgían sólo planteando las preguntas del cuestionario provocaron muchos desacuerdos y muchas desigualdades. El simple significado de las palabras y de las preguntas no era el mismo al cruzar las fronteras de cada país. Así pues, tengo mis dudas sobre la información producida por los estudios comparativos. Supongo que los problemas de la investigación transnacional que he mencionado antes son un buen ejemplo: te encontrabas más las diferencias que no aquello similar, y las diferencias pueden ser mucho más importantes para el análisis. Bien, tal vez los estudios comparativos te ayudan a llegar a esta conclusión. Creo que hacer estudios comparativos implica al menos tantas dificultades como ventajas.

Tal como usted mismo ha planteado, la teoría puede cobrar sentido para los investigadores en tanto que "contribución a la (re)orientación de la política de los sistemas de comunicación". ¿Como define ésta "política"? ¿Se trata de un concepto que se limita en dar cuenta de la actuación de los gobiernos y de los partidos políticos, o bien se refiere a la acción comunicativa en la "esfera pública" y al debate social en general?

Aquí definiría "política" sin restringirla a los procedimientos de las elecciones y de los partidos, sino en un sentido más amplio, como esfera pública. Al hablar de comunicación política no me refiero a orientaciones electorales, o a propaganda, o a documentos políticos, o manifiestos, o partidos políticos... Me refiero más bien a todo el fenómeno de implicación, de participación y de expresión de la opinión. De hecho, pienso que si te limitas a definir la política como un mero procedimiento electoral (sólo porque así es más fácil) obtienes los resultados triviales, y eso puerta a conclusiones erróneas. Las cosas más interesantes a menudo son las más difíciles, y si son más difíciles tienes menos posibilidades de conseguir fácilmente resultados significativos. La significación de los resultados provoca el debate entre quienes dicen "sabemos que eso es cierto, no sabemos si es significativo" y quienes dicen "sabemos que eso es significativo, no sabemos si es cierto". Ésta es la discusión en algunos ámbitos.

3. La función de la investigación en la sociedad

Cuando hablamos de modelos teóricos pensamos siempre en fórmulas académicas. ¿Continuamos construyendo torres de marfil al margen del mundo?

Pienso que a veces sí. Creo que es casi inevitable. La cultura académica hay una tendencia a ser auto-referencial, lo cual afecta tanto las humanidades como las ciencias puras. Las ciencias sociales están un poco a caballo de ambas. Supongo que en las ciencias puras, hay elementos de autoreferencialidad que hacen que los debates teóricos sean debates sin ninguna aplicación, sin consecuencias. Ciertamente, dentro de las ciencias sociales se generan debates sin consecuencias reales que desaparecen dentro de la historia, entre las páginas de las revistas científicas. Por la forma en que formulas la pregunta entiendo que, de entrada, consideras que la cultura académica es un problema. Para mí, la cuestión es: "¿Por qué deviene un problema?" Creo ser autoreferencial es algo que pasa, y únicamente deviene un problema si no eres consciente.

Déjeme, pues, formular la pregunta de otra manera: ¿Para qué sirve la teoría?

Bien, pasa un poco como en la creación artística: no puedes estar seguro de que es lo que tendrá éxito o adquirirá valor. Ésta es, de hecho, una de las razones por las que es muy difícil planificar la investigación. Está claro que muchas veces se es ineficaz. Pero si tratas la teoría sólo como si fuera ineficaz y malograda, entonces te tienes que enfrentar al problema de encontrar una alternativa. Lo mismo pasa con la evaluación de la producción científica. Hasta dónde puedo percibirlo, nadie en la universidad ha conseguido aún hacer nada más que no sea contar la cantidad de artículos, de ponencias o de libros producidos. Eso es así porque no hay manera de distinguir objetivamente aquello que contribuye más al crecimiento del campo de conocimiento. ¿Es o no es conocimiento útil? Eso es imposible de determinar. Tal vez más tarde se podría responder esta pregunta, una vez pasado un periodo de tiempo y de distancia. Pero pienso que lo que me estás preguntando está orientado más bien en este sentido: ¿Como podemos saber si la especulación y el debate son provechosos o no? Tengo una idea personal de lo que podríamos considerar malogrado o no, pero no es fácil actuar al respeto. Estoy de acuerdo con el planteamiento que existe un gran distanciamiento de la realidad y un gran desaprovechamiento de la teoría, pero no sé cuáles son las dimensiones del problema. Pienso que eso es intrínseco al campo donde se localiza este problema y que, como es el caso de las ciencias de la comunicación, se sitúa entre la aplicación y la técnica por una parte, y la creatividad y la actividad humanística, por otra.

En una de sus intervenciones en la UAB usted mencionó que la investigación puede ser un reflejo de lo que pasa en la sociedad. ¿Es esta una manera de decir que la academia no vive completamente aislada?

Pienso que la investigación tendría que relacionarse a largo plazo con lo que pasa en la sociedad. Cuando hablaba de la relación entre academia y sociedad me refería a la teoría sobre el periodismo y al sistema de medios. La forma en que funciona este sistema, sus normas y dinámicas, son un reflejo casi inevitable de lo que pasa fuera, en la sociedad: las preferencias de la gente, los valores, la estructura del poder, etc. En este sentido, la academia será un reflejo de la sociedad, y eso vale también para las ciencias de la comunicación; de hecho, se ve claramente cuando miramos en la historia de este ámbito de investigación.

Cualquier país europeo responde siempre a las prioridades y a los valores que definen un problema en términos de, pongamos por caso, violencia, protección de la infancia, o los efectos de los medios -sean positivos o no-, o la manera en que los medios tienen un impacto sobre los procesos políticos. En cada país la atención se ha dirigido casi siempre hacia objetivos definidos y valorados socialmente, y la universidad, como institución, está organizada de esta manera. Pienso que la comunicación tal vez está más cerca de la realidad que cualquiera otra ciencia social debido a que está tan imbuida de la política y la economía del sistema mediático.

Considerando que existen líneas hegemónicas de funcionamiento dentro del sistema comunicativo, ¿podríamos decir que existen líneas hegemónicas de investigación dentro de las ciencias de la comunicación?

Bien, yo no utilizaría el término "hegemonía". Hay modas, y a veces hay tendencias ideológicas. Hay habido momentos, por ejemplo en los años 70, en que la teoría crítica tendía a ser predominante y había una cierta politización de la investigación. Pero esta tendencia fue meramente temporal, aparte de limitada en lo que concierne a sus efectos. Pienso que existen corrientes de moda (digo "de moda" con connotaciones positivas, no críticas). Hay modelos de investigación, un tipo de apropiación de proposiciones generales con las cuales los autores a menudo consiguen mucha publicidad en los campos de investigación que adquieren relevancia. Por ejemplo, la teoría del cultivo es un ejemplo de como una idea acaeció todo un éxito. La teoría (que ya avanzaron Geroge Gadamer y sus colegas en los años 70) explica que cuanto más la gente mira la televisión, más irreal se vuelve su visión del mundo. No había muchas razones para esperar que el mismo fenómeno se produjese en otros lugares tal como estaba produciéndose en los Estados Unidos, pero la teoría se aplicó también en muchos países de Europa. Bien, hay de otros ejemplos de modelos de investigación que se aplicaron en muchos lugares, en parte porque (como decíamos antes) estaba el terreno abonado para hacer investigación empírica.

Así pues, para hacer investigación empírica necesitas una hipótesis dominante. De esta manera, se recoge y se amplifica. De otros ejemplos son la hipótesis de la agenda setting, del framing... Todas ellas son ideas razonables, no malas ideas. En ellas encuentras cierta verdad. Pese a que no se trate de hipótesis que contengan una gran carga de explicación científica (ya que no pueden ser probadas realmente), nos ayudan a definir los problemas de la investigación y nos permiten presentar resultados de manera que sean publicables. Tienen cierta utilidad, pero aún plantean ciertos desequilibrios en la atención que dirigimos a unas cuestiones y no a otras.

4. Retos de los investigadors

Existe la percepción que los procedimientos académicos anglosajones marcan la pauta hoy en día dentro del mundo universitario. Por ejemplo, si una investigadora o un investigador quiere que su Currículum Vitae sea valorado internacionalmente necesita publicar en inglés y estar atenta o atento al sistema de citaciones y a los índices de impacto del mundo editorial anglófono. ¿Cree que hay un modelo anglosajón de aquello que "está de moda" dentro de los estudios en comunicación?

Recuerdo que en Holanda (donde trabajé muchos años) era importante publicar en revistas internacionales, a pesar de que aparentemente no había una garantía que las publicaciones internacionales fuesen superiores a las nacionales. Pero, de otro lado, si eras muy citado en revistas internacionales adquirías un alto estatus. Eso también quería decir que tu institución acaecía más reconocida, tú obtenías más éxito, etc, etc. Supongo que las razones que eso sea así no radican tanto en la ciencia ni en la investigación, ni en el campo de investigación, sino en el marco institucional en el que estamos insertados coma investigadores. El hecho de que las universidades y la investigación académica estén sujetas a muchas demandas sociales externas explica por qué estamos sometidos a crecientes evaluaciones y mediciones. Creo que dentro de ámbitos lingüísticos diferentes a los del mundo académico anglosajón existe cierta reserva enfrente de esta forma de hacer. Pero mi impresión es que eso no se debe necesariamente al hecho de publicar en inglés, sino más bien al hecho de que la influencia de los modelos, de los marcos de trabajo y del tipo de investigación, es hoy en día, básicamente, una influencia norteamericana.

¿Cuáles son los retos que, en su opinión, van a tener que afrontar las nuevas generaciones de investigadores? ¿Necesitamos nuevas teorías?

Bien, pienso que sí que necesitamos. Creo que hacen falta nuevas teorías para nuevos tipos de comunicación. No me refiero sólo a los cambios tecnológicos, sino a los cambios reales en cuanto a la manera en que la comunicación está acaeciendo más influyente en diversos ámbitos. O sea, pienso que ya no podemos establecer un campo de investigación sobre la base general del estudio de los medios de comunicación de masas, o de la comunicación masiva. La propia teoría sobre la comunicación masiva ha de adaptarse al creciente solapamiento con otras formas de comunicación en red.

Algunas de las teorías que tenemos seguirán siendo válidas, pero también pienso que la estructura cambiante del mundo, los cambios en el equilibrio entre el poder y el bienestar económico mundial, etc., están alterando la distribución de las culturas. Tal vez eso nos lleva de nuevo a la cuestión de si hay una crisis del conocimiento teórico. No hay una crisis, porque una crisis quiere decir que llega un momento que las cosas se derrumban y se hace necesario llevar a cabo acciones urgentes. Pero pienso (teniendo en cuenta lo que hemos hablado antes) que a fin de escapar de la hegemonía del pasado y de los modelos pasados es preciso que se introduzcan nuevos. Creo que es necesario mirar siempre con retrospectiva cualquier corpus teórico para evaluarlo. Tenemos que animar a las nuevas generaciones a hacer este ejercicio. Sé que en el proceso de aprendizaje, antes de alcanzar los resultados de una tesis doctoral, uno tiene que adoptar una teoría sobre la cual trabajar. Pero pienso que el paso inmediato después de eso es situarse fuera y pensar; no ir siempre en todas partes aplicando de cualquier manera la misma teoría, sino preguntarnos qué es lo que nos ha hecho adoptar esta teoría. Así pues, yo diría que sí: es un gran reto. De hecho, tal vez lo más difícil sea eso: sentir que lo que uno puede hacer es ser innovador. En cierta manera es liberador. De hecho, ¡no es una cosa mala! Así pues, sí: la respuesta es sí.